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Europa, las restricciones a diésel y gasolina y el futuro de Madrid Central

El resultado electoral de las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo ha sido, sin lugar a dudas, una de las noticias de la semana. Y en lo que respecta a un medio como este, sobre motor y movilidad, ha sido especialmente destacado el hecho de que el futuro alcalde de la ciudad de Madrid anunciase que acabaría con las restricciones a diésel y gasolina de Madrid Central. Estos días ya os contábamos qué puede suceder con Madrid Central, por qué no será sencillo revertir estas restricciones, y por qué se trata de una noticia de calado, ya no solo en la capital española, sino también en cualquier urbe del país. Ahora bien, ¿qué papel juega Europa en estas restricciones?

Europa y las restricciones a diésel y gasolina de Madrid Central

Como os decíamos en el anterior artículo, revertir Madrid Central conllevaría cumplir con unos plazos determinados. No es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana. También podría enfrentarse con la legislación del Gobierno Central, que en la presente legislatura podría – ha trabajado en un borrador de Ley que así lo especifica – exigir zonas restringidas al tráfico como Madrid Central, que afectarían sobre todo a los diésel y gasolina, en todos los municipios españoles de más de 50.000 habitantes.

Pero el gran escollo que ha de superar el Ayuntamiento de Madrid, y su nuevo alcalde, es sin duda el de la Comisión Europea. Y esa es la razón que nos ha llevado a pensar que revertir Madrid Central no será posible o, en cualquier caso, no se revertirá Madrid Central sin presentar otro plan muy parecido que también conllevaría restringir el tráfico.

Revertir Madrid Central requeriría de seguir una serie de plazos, pero sobre todo sería una medida difícilmente aplicable, por la potestad de la Comisión Europea para intervenir, y sancionar, por exceder los umbrales de contaminación atmosférica europeos

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El papel de Europa en las restricciones a diésel y gasolina

A finales de enero de 2018, Karmenu Vella, Comisario Europeo de Medio Ambiente, daba poco menos que un ultimátum al Gobierno de España – presidido por aquel entonces aún por Mariano Rajoy – por incumplir sistemáticamente los umbrales estipulados para la contaminación atmosférica de los países miembros de la Unión Europea. Las ciudades más problemáticas, Madrid y Barcelona, y los contaminantes más preocupantes, los NOx.

Los compromisos adquiridos como miembros de la Unión Europea conllevan cumplir con estas normativas, que vigilan la calidad del aire en los puntos de control instalados en ciudades como Madrid, y que no se superan los umbrales de ciertos contaminantes, entre los que también están las partículas en suspensión. La Comisión Europea ha expresado en numerosas ocasiones que está dispuesta a sancionara los miembros de la Unión que incumplan con estas normativas, puesto que ostenta la potestad para hacerlo.

Las sanciones previstas se sitúan en el orden de cientos de millones de euros anuales. Pero si se tienen en cuenta los años de incumplimiento de estos umbrales, ascenderían a miles de millones de euros.

Difícilmente podrá revertirse Madrid Central, y la única solución posible podría ser acabar con el plan de restricciones actual, para presentar un nuevo plan que también conllevaría restricciones al tráfico, y que reciba el beneplácito de la Comisión Europea

Madrid Central Senal Ciudad

El futuro de Madrid Central

Más allá de la lógica preocupación por la salud de los ciudadanos, la amenaza de sanciones, y la presión europea, fueron la razón fundamental por la que el Ayuntamiento de Madrid, durante la alcaldía de Ana Botella, presentó sus planes de restricciones al tráfico en episodios de alta contaminación. Más tarde, ya con Manuela Carmena de alcaldesa, se revisaron estos planes de restricciones de emergencia, y se aprobó una restricción permanente en el centro de la ciudad, Madrid Central.

Gracias a ello, la Comisión Europea concedió una tregua a España. Se evitó iniciar un procedimiento judicial que, sin duda, hubiera supuesto sanciones importantes. Y la propia Comisión Europea reconoció que, a pesar de haber concedido esa tregua, vigilarían el cumplimiento de los planes de restricción del tráfico propuestos en ciudades como Madrid y Barcelona.

Dicho lo cual, insistimos, no parece que la decisión de revertir Madrid Central esté ya en manos del Ayuntamiento de Madrid. Y lo que es aún más importante, no parece que Madrid Central vaya a poder revertirse, o al menos no podrá revertirse sin otro plan que también conllevará necesariamente restricciones al tráfico permanentes.

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