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Los 10 extras más curiosos jamás ofrecidos en un coche

Habitualmente los extras que solemos equipar en nuestros coches son el climatizador, unas llantas de 17 pulgadas más deportivas o una tapicería de cuero. Pero en la larga trayectoria de la industria del automóvil han existido elementos de equipamiento opcional muy originales, algunos de ellos rayando la frontera de lo extravagante y hortera. En este artículo hemos querido recopilar los diez extras más curiosos jamás ofrecidos en un coche: ¿sabías que han existido molduras de granito para el salpicadero de un coche o un juego magnético de vasos de chupito? Pasen y vean.

1) Vasos de chupito magnéticos (Cadillac Eldorado Brougham)

Hubo una época en la que los coches no tenían cinturón de seguridad, y beber al volante no era un delito duramente penado. A finales de los años 50 del siglo pasado se lanzó al mercado el Cadillac Eldorado Brougham, entonces uno de los coches más lujosos y equipados del momento. Uno de los extras opcionales de aquél coche eran seis vasos de chupito con base magnética, de tal forma que se podían inmovilizar sobre la guantera abierta. Además de estos vasos de chupito se podía adquirir un «kit de belleza» con espejo, ideado para que la acompañante pudiera maquillarse a bordo. Eran otros tiempos.

El Cadillac Eldorado Brougham fue el coche favorito de músicos como Frank Sinatra o Elvis Presley. Era una oda al exceso.

2) Un remolque a juego con el coche (Plymouth Prowler)

El Plymouth Prowler fue uno de los coches más originales de los años 90. Un experimento con ruedas que trató de modernizar el concepto de hot rod clásico, sirviendo a Chrylser como laboratorio rodante para algunos de sus nuevos motores V6 y plataformas de aluminio. Era un biplaza estricto de escasa capacidad de carga. Para solucionar esta falta de espacio, Plymouth decidió ofrecer como extra un remolque idéntico a la parte trasera del coche, pintado en su mismo color y equipado con sus mismas llantas. Ahora bien, no era un extra en absoluto barato: costaba la friolera de 5.000 dólares.

3) Un reloj tourbillon (Bentley Bentayga)

Posiblemente el extra más excesivo de esta lista y uno de los más caros de todos los tiempos – al menos en lo que a extras ofertados de forma oficial por la marca respecta. Cuesta 200.000 euros y se trata de un reloj automático tourbillon, integrado de forma elegante en la parte superior de la consola central del Bentley Bentayga. Su carcasa es un bloque de oro macizo mecanizado y su esfera tiene ocho diamantes engarzados. Está fabricado en exclusiva por Breitling y tiene un sistema automático motorizado para «darle cuerda» al sistema de movimiento perpetuo del reloj automático.

4) Una máquina para hacer café (Fiat 500L)

Italia es sinónimo del café espresso. Es toda una cultura la que se ha desarrollado en torno a este café, denso, intenso y cargado de sabor. A los italianos les gusta tanto el café que incluso han llegado a desarrollar una cafetera portátil para coche. Como lo oyes: Fiat ofrece en los 500L una cafetera portátil de la marca Lavazza. Aunque por fuera parece un termo, está conectado a la toma de corriente de 12 voltios del coche y en apenas unos instantes puede hacer un espresso de calidad a partir de cápsulas. Otra cosa es encontrarle la utilidad a este gadget: solo para los más adictos al café.

La Lavazza 500 Espresso Machine no se ofrece en todos los mercados. En Reino Unido cuesta casi 200 libras esterlinas.

5) Molduras de granito, cristal tallado o piedra natural

En muchos coches podemos equipar molduras de madera natural, fibra de carbono o aluminio, que dan a nuestro coche un toque más elegante, o más racing. No obstante, la selección de materiales puede ir mucho más allá. Mercedes ha ofrecido en varios coches inserciones de granito – el mismo que puedes encontrar en la encimera de tu cocina – de apenas dos mm de espesor y un acabado pulido. Lexus ofrece inserciones de cristal tallado a mano en su LS (ver prueba del nuevo Lexus LS) y Bentley también ha empezado a ofertar molduras de piedra natural – así como verdadera obras de arte de marquetería.

6) Un reproductor de vinilos (Chrysler)

Durante los años 50 el entretenimiento audiovisual a bordo de un coche estaba prácticamente limitado a la radio. En 1956, Chrysler lanzó un sistema de tocadiscos portátil llamado «Highway Hi-Fi». Estuvo disponible hasta el año 1959 y era suministrado por Columbia Special Products. Los discos eran específicos a este sistema, giraban a solo 16,6 rpm, y en ellos entraban hasta 45 minutos de música. Además de ser un extra muy caro para la época, los sistemas solían fallar habitualmente y la oferta musical era muy limitada. Además, los discos se desgastaban muy rápidamente – para evitar saltos, la aguja ejercía mucha presión sobre su superficie.

Era un extra caro, su funcionamiento no era consistente y se estropeaba fácilmente. En 1959, Chrysler dejó de ofrecerlo en sus marcas.

7) Un mar de estrellas en el techo de tu Rolls-Royce

Si te puedes permitir un Rolls-Royce, puedes permitirte un nivel incomparable de personalización en tu coche. Como sabéis, desde hace años Rolls-Royce ofrece llenar el techo del coche con miles de LEDs, que imitan un cielo estrellado. Dicen las malas lenguas que los clientes de Oriente Medio fueron los que motivaron la introducción de este curioso extra, inspirados en las noches del desierto. Sea como fuere, puede que no supieras que es posible diseñar un techo con un cielo estrellado idéntico al del día en que naciste – Rolls-Royce cuenta con la ayuda de un observatorio astronómico para diseñarlo.

Rolls-Royce también puede fabricarte una insignia en plata maciza, retroiluminarla o bañarla en oro. Si tienes que preguntar el precio, no es tu coche.

8) Reposabrazos calefactados (Mercedes Clase S)

Vivimos en una época donde el confort a bordo es una de las cualidades más valoradas en un coche. Hace años unos asientos calefactados eran el súmum del lujo. Ahora los asientos también son ventilados, tiene decenas de ajustes eléctricos y hasta programas de masaje. Desde hace años, muchos volantes pueden estar calefactados. Lo que quizá no sabías es que en los Mercedes Clase E y Mercedes Clase S es posible equipar reposabrazos calefactados – en las cuatro plazas laterales – e incluso un reposabrazos central calefactado. Solo para los más frioleros.

9) Una tienda de campaña a medida (Pontiac Aztek)

En muchos aspectos el Pontiac Aztek fue un excelente crossover. Su practicidad y soluciones innovadoras estaban fuera de toda duda. No obstante, un diseño realmente poco acertado lastró sus ventas y lo convirtió en una especie de hazmerreír para la ya maltrecha Pontiac. Uno de los extras más curiosos del Pontiac Aztek era una tienda de campaña. Se montaba sobre el portón abierto del maletero, y en su interior se encontraba un colchón hinchable con capacidad para dos personas. Era una forma ideal de convertir el coche en un vehículo más aventurero, de, en cierto modo, camperizarlo.

Una estética complicada y la mala gestión de General Motors arruinaron el producto que podría haber sido la salvación de Pontiac.

10) Una nevera motorizada para botellas de champan (Range Rover Autobiography)

Por algún motivo, existe una fijación común en asociar lujo y opulencia con el consumo de champán. No me preguntéis el porqué, no tengo respuesta. Sea como fuere, muchos fabricantes se han empeñado en ofrecer en sus coches formas de consumir champán – por suerte centradas en sus plazas traseras. En varios Bentley se ofrece una nevera entre los asientos traseros, mientras que en el Range Rover Autobiography se ofrece una nevera motorizada, con espacio para dos copas. En algunos Mercedes-Maybach incluso se ofrecen copas de flauta metálicas. Como siempre, el precio de este extra se acerca peligrosamente a las cinco cifras.

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