El Grupo Volkswagen sigue obligado a tomar importantes medidas para tratar de limitar lo máximo posible el golpe económico que está encajando durante los últimos meses. Prácticamente todos los fabricantes que conforman el conglomerado alemán han tenido que modificar los principales puntos de sus respectivos planes y las informaciones publicadas este mismo jueves por la noche ponen un punto más en el listado de novedades.
El Grupo Volkswagen parece estar reduciendo sus volúmenes de producción, afrontando cierres temporales en dos fábricas germanas. Esto se debe tal y como informa Automotive News a que la demanda de los vehículos eléctricos crece más lentamente de lo esperado, lo que los ha llevado a tener cierta agilidad y ajustar su actividad actual a lo que realmente requieren.
Se confirma que la fábrica de grupo en Zwickau detendrá la producción durante una semana a partir del 6 de octubre, algo que en principio parece que afecta especialmente al Audi Q4 e-tron, mientras que la planta de Emdem, encargada de producir los Volkswagen ID4 e ID7 ya ha reducido el número de horas de sus empleados y se espera que esta decisión pueda extenderse también a cierres puntuales de las líneas de producción.
Ambas plantas se centran en la producción de vehículos eléctricos y estaban incluidas precisamente en el acuerdo de reestructuración que el Grupo Volkswagen presentó el año pasado, por lo que no parece que estén en riesgo de un posible cierre. Recordemos que el año 2024 se cerró para el fabricante con sede en Wolfsburgo con la sombra de un posible cierre de hasta tres fábricas en territorio germano, algo que finalmente se salvó tras las negociaciones que mantuvieron la marca con los sindicatos, de la que salió la decisión de llevar a cabo recortes paulatinos en el próximo lustro que podría terminar con más de 35.000 despidos.
Al igual que otras compañías del conglomerado, como es el caso de CUPRA y de SEAT, Volkswagen también está sufriendo los coletazos por la falta de acuerdo entre Pekín y Bruselas acerca de los aranceles a los vehículos eléctricos producidos en China que llegan al mercado europeo, así como por los incrementos de los gravámenes en la frontera estadounidense a los automóviles procedentes del Viejo Continente.