Aunque Ken Block nos dejó hace ya unos años, su espíritu sigue muy vivo gracias a los chicos de Hoonigan. Brian Scotto, director de las míticas gymkhana de Ken Block, ha encontrado en Travis Pastrana un sucesor más que adecuado, tanto en función como en forma. El piloto estadounidense ama el peligro, ama la conducción extrema y ama el espectáculo. Ya nos lo demostró en dos ocasiones anteriores, en 2020 y en 2022, y ahora, hay una nueva entrega. Deja lo que estés haciendo: necesitas dedicar 10 minutos de tu atención a esto.
Necesitas ver la última de Travis Pastrana
Se llama «Gymkhana 2025: Aussie Shred», y como su nombre indica, tiene como coprotagonista a Australia y su cultura automovilística. La montura de Travis Pastrana es un Subaru Brat, una pequeña pick-up biplaza con dos asientos en su caja trasera, colocados en sentido contrario a la marcha. Un vehículo nacido en los setenta y que fue tremendamente popular en nuestras antípodas. El coche se llama Subaru Brataroo 9500 Turbo, y aunque rinde homenaje en forma y tamaño al Subaru Brat, es realmente un bestial coche de carreras.
Construido por Subaru Motorsports y Vermont SportsCar en Estados Unidos, monta un motor bóxer turboalimentado capaz de girar a 9.500 rpm. Este motor de 2,0 litros desarrolla 760 CV de potencia y casi 1.000 Nm de par motor, que transmite a las cuatro ruedas mediante un sistema de tracción total con diferenciales de competición. Su cambio es un sistema secuencial Sadev de seis relaciones y toda su carrocería está construida en fibra de carbono. El chasis está fabricado a medida y cuenta con un sistema de aerodinámica activa.
Es una mala bestia, en pocas palabras. Y esta mala bestia es capaz de hacer derrapes infinitos, quemar gomas Yokohama como si no hubiera un mañana y saltar por encima de camiones en movimiento. Los guiños a la cultura automovilística australiana son una delicia, con apariciones estelares del Interceptor de Mad Max o el circuito de Mount Panorama, en plena carrera del campeonato V8 Supercars. Es una carta de amor al motor, a la gasolina, a la incorrección política y al espectáculo. Y claro está, nos encanta.
