Fue Volkswagen la primera compañía en dar la voz de alarma ante la difícil situación a la que se podrían enfrentar en términos de producción después de que estallará el conflicto entre Países Bajos y China por el fabricante de chips Nexperia, sin embargo, no parece haberse detenido en este punto y el sector automotriz europeo puede estar cada vez más cerca de sufrir una segunda gran crisis de los chips.
Al menos hacia eso apuntan las informaciones de las últimas horas, siendo Nissan y Mercedes-Benz, dos de las compañías que se han sumado a la alerta después de que el caso ‘Nexperia’ estallara y que, de nuevo, se haya presentado en el horizonte lo que puede ser una nueva crisis por la escasez de microchips.
A esta situación se ha llegado después de que el Ministerio de Comercio de China tomara la decisión de prohibir las exportaciones de productos terminados hacia Europa después de que el gobierno neerlandés tomara el control de Nexperia por una presunta vulnerabilidad de la propiedad intelectual tras las presiones ejercidas desde Estados Unidos.
“No es un asunto menor, es un asunto grave. Por el momento, no tenemos una visión completa” admitió Guillaume Cartier, director de rendimiento de Nissan, e unas declaraciones recogidas por Automotive News, mientras que el director ejecutivo de Mercedes-Benz, Ola Källenius, ahondó en que la problemática radica en que Estados Unidos ha considerado a la empresa china matriz de Nexperia, Wingtech Technology, como un posible riesgo para la seguridad nacional, algo que ha complicado aún más la situación respecto al a anterior crisis de microchips: “Este caso es completamente diferente. El cuello de botella es político, principalmente entre Estados Unidos y China, con Europa atrapada en medio. La solución de este problema es, por lo tanto, política”.
Todos los ojos puestos en la segunda semana de noviembre:
Aunque no se tratan de elementos sofisticados, los chips afectados se tratarían de productos de bajo coste producidos en masa y que se encargan de controlar funciones esenciales como interruptores y controles del volante, por lo que hace todavía más complejo el escenario en el que se mueven los fabricantes. Volkswagen apuntó a que no habría problema hasta el final de esta semana de octubre, pero al igual que Mercedes-Benz o que Nissan (que ya ha anticipado la posibilidad de pérdidas mil-millonarias), pueden enfrentarse a lo desconocido a partir de la segunda semana de noviembre, siempre y cuando no consigan encontrar en ningunos de los casos una alternativa por parte de un suministrador sobre suelo europeo.
Esto también está afectando a otras regiones, especialmente en América, donde por ejemplo Honda ya ha reducido el ritmo de producción e incluso ha suspendido algunas líneas en varias plantas norteamericanas, mientras que en Brasil esto se podría extender a otras marcas que se podrían ver obligadas a detener sus operativas en un plazo de dos a tres semanas si no se encuentra una solución. De nuevo esta situación es el perfecto ejemplo de la dependencia de China por parte de la industria automotriz.





