Cambiar regularmente el aceite de nuestro motor, es posiblemente la tarea de mantenimiento más importante que necesita nuestro coche para alargar su vida todo lo posible. Sin embargo no todo el mundo cumple con los cambios de lubricante del propulsor como debería, lo que nos lleva a situaciones tan surrealistas como la de este motor 2.3 EcoBoost de una Ford Ranger, que ha estado funcionando con el mismo aceite más de ¡80.000 Km!
La importancia de cuidar el aceite del motor de nuestro coche
No es la primera vez que en Diariomotor os hablamos sobre la importancia de cuidar el aceite del motor de nuestros coches, ni que os mostramos las graves consecuencias de descuidarlo. Sin embargo el caso de hoy es especialmente llamativo, pues vamos a poder ver de primera mano los efectos que provoca no cambiar el lubricante por demasiados kilómetros.
A través del canal de YouTube «I Do Cars» podemos asistir al despiece de un motor gasolina 2.3 EcoBoost proveniente de una Ford Ranger 2019. Se trata de un motor moderno, de 4 cilindros y dotado de la última tecnología para conseguir el máximo rendimiento y la mayor eficiencia, pero sin el adecuado lubricante, todo eso queda en nada.
Resulta que la Ranger empleada para esta inspección tan detallada, tiene en su haber 104.000 millas, lo que equivale a más de 167.000 kilómetros. Sin embargo revisando su historial de mantenimiento a través de CarFax, existe una laguna importante en cuanto a las tareas de servicio, pues durante las últimas 50.000 millas (más de 80.000 Km) no hay registro alguno de sustitución del aceite del motor.
A priori se podría pensar que estamos ante un fallo de registro, sin embargo a poco que comienza a ser examinado el propulsor, se descubren multitud de síntomas que revelan un malfuncionamiento provocado por una mala lubricación. Hablamos de la presencia de lodos, depósitos carbonizados y, lo que es más grave, partículas metálicas alojadas en diferentes partes de la culata y el cárter.
Con solo echar un vistazo a las levas, los taqués o los casquillos de las bielas, se ve claramente la presencia de profundos arañazos que revelan un sufrimiento excesivo por parte de las piezas móviles, lo que demuestra que pese a que el lubricante del motor estaba en su nivel (posiblemente se habría rellenado en más de una ocasión), la pérdida de propiedas del aceite ha provocado una degradación cada vez más importante de todos los materiales expuestos a algún tipo de rozamiento.