Mazda siempre se ha caracterizado por hacer las cosas a su manera, pero con su último invento quieren darle la vuelta a la tortilla como nunca antes. La compañía japonesa está trabajando en un nuevo motor de combustión interna que no solo es neutro en carbono, sino que genera emisiones negativas y limpia el aire.
Cuando todo el mundo apostaba por el downsizing, Mazda se empeñó en hacer motores más grandes. Luego lanzaron un motor de gasolina que funciona como un diésel y cuando todos hablaban de electrificación, Mazda se sacó de la manga un diésel de seis cilindros desarrollado desde cero y que puedes comprar en pleno 2025. Los de Hiroshima siempre han ido contracorriente.
Ahora tienen en mente una tecnología que suena a ciencia ficción, pero que probarán en una carrera de verdad el mes que viene. Se trata de un motor rotativo con un sistema que captura el dióxido de carbono generado durante la combustión antes de que salga por el tubo de escape.
 
  
  
  
  
  
 La idea de Mazda es combinar este sistema con un motor rotativo que funcione con combustibles neutros en carbono. Con este tipo de combustible, el carbono emitido es igual al carbono capturado para su fabricación, logrando un balance cero. Y con el sistema de captura de carbono que Mazda tiene previsto, se evitaría la liberación de CO2 a la atmósfera, logrando un balance total de emisiones negativo, es decir, estaría reduciendo carbono del aire.
Según los cálculos de Mazda, que se basan en numerosas suposiciones que detallaremos a continuación, este sistema tendría una compensación efectiva -o neta- del 10 %. Es decir, eliminaría un 10 % más carbono del que se emitiría usando gasolina convencional.
 
  
  
  
  
  
 Mazda propuso esta tecnología en el Vision X-Coupe, uno de los dos prototipos presentados en el Japan Mobility Show. En este prototipo, con una carrocería escultural, el motor tiene 510 CV y plantea algo super interesante: un coche potente que, cuanto más lo conduces, más limpia el aire.
Mazda probará esta tecnología en una carrera de resistencia el próximo mes en Japón, lo cual es un paso importante, pero aun así todavía hay peros importantes. Por un lado, se necesita combustible neutro en carbono, que es carísimo. Las previsiones más optimistas hablan de 3 €/litro a largo plazo, si se consigue escalar su producción. Sin embargo, en las fases piloto actuales hacer un litro de e-fuel cuesta entre 10 y 50 euros el litro, según el método de producción.
Por otro lado, presupone un mecanismo eficiente para secuestrar el carbono del motor y eliminarlo definitivamente de la atmósfera. Pero esto no es nada fácil.
Toyota también intentó capturar carbono con escasos resultados
El año pasado, Toyota intentó algo similar -capturar carbono- con el GR Corolla de hidrógeno de carreras. Aunque un motor de hidrógeno no emite CO₂ directamente, puede haber CO₂ indirecto si el hidrógeno se obtiene de fuentes fósiles (por ejemplo, del reformado de gas natural, el método más barato). Así que Toyota se inventó un dispositivo que eliminaba CO2 en cada vuelta.
 
  
  
  
 Pero el experimento tuvo unos resultados bastante pobres. El Toyota GR Corolla capturó sólo 20 gramos de dióxido de carbono cada 20 vueltas al circuito de Fuji, cuyo trazado tiene 4,563 kilómetros de longitud. Para ponerlo en perspectiva, un motor de gasolina tradicional emite, de media, 2.349 gramos de CO₂ por litro quemado. Además, en cada parada en boxes, era necesario cambiar los filtros manualmente .
Fotos del Mazda Vision X-Coupe
 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
 






 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 