Esta es una de esas veces en las que la asociación entre distintos fabricantes da lugar a un modelo que, en realidad, está completamente basado en otro que lleva años a la venta. ESta es, en realidad, una rentable manera de poner coches a la venta en segmentos o nichos de mercado en los que un bajo volumen de matriculaciones no permite sustentar el desarrollo de un modelo para esa categoría.
En este caso, además, hereda una denominación que en España es muy querida, pues bajo ella se solía identificar un todoterreno que salía de la fábrica en la que EBRO produce ahora sus coches. Se trata de la nueva Nissan Navara, una pick-up que, en realidad, poco o nada tiene que ver ni con la que aquí conocemos ni con las versiones producidas para los mercados latinoamericanos, aunque se ejecute bajo el mismo concepto, ya que se trata de una versión destinada a Oceanía.
El lanzamiento del nuevo Nissan Navara en Australia pone de relieve hasta qué punto la marca japonesa quiere empezar reforzar su presencia en las categorías más importantes de cada mercado, empezando en Oceanía por el segmento de las pick-up medianas, un terreno especialmente competido, no sólo en Australia, sino también en Nueva Zelanda, donde se comercializará a partir del primer trimestre de 2026.
Por esto mismo, Nissan ha apostado por una arquitectura robusta y probada: el chasis de largueros compartido con el Mitsubishi Triton a lo que se suma una suspensión desarrollada en Australia por Premcar, ajustada para responder al tipo de uso, terreno y carga habitual de estos mercados.
A nivel de tracción, el Navara australiano ofrece dos configuraciones. Por un lado, el sistema “Easy 4WD” con diferencial trasero bloqueable, es el más sencillo mientra que, por otro, el más completo “Super 4WD” incluye un diferencial central bloqueable y varios modos de conducción.
En cuanto a motorización, el protagonista es un motor diésel 2.4 biturbo que desarrolla 204 CV y unos sanos 470 Nm de par. La marca declara un consumo homologado de 7,7 l/100 km, un dato poco creíble dado el tamaño y capacidades del trasto en cuestión, pues puede remolcar hasta 3.500 kg y ofrecer una carga útil de entre 950 y 1.047 kg según versión.
En cuanto a su diseño, aunque se ven los lazos en común, Nissan ha ido algo más allá de un simple reestilizado y ha creado un frontal completamente nuevo. La parrilla adopta un formato cuadrado más rotundo, los faros LED recuerdan al Patrol y los parachoques presentan formas inspiradas en los tradicionales bull bars australianos. El perfil sí deriva del Triton, pero la trasera incorpora pilotos LED de diseño propio para reforzar la identidad de Nissan.
Las gamas mostradas inicialmente se llaman ST-X y Pro-4X, esta última con un enfoque más aventurero: pasos de rueda ensanchados, detalles en Lava Red, llantas oscuras y una barra deportiva. Además, la marca ha aprovechado para mostrar el Navara Warrior Concept by Premcar, un anticipo de la que será la versión más extrema: parachoques específicos con LEDs integrados, más protección inferior, llantas de 17 pulgadas estilo beadlock, neumáticos AT de 32,2 pulgadas y una suspensión revisada que suma 14 mm adicionales de altura libre.
Por dentro, el Navara adopta la base del Triton, pero incorpora ajustes propios de Nissan tanto en materiales como en ergonomía. El sistema multimedia pasa a ser de 9 pulgadas, mejora el espacio para las piernas en la segunda fila, según la marca, y el acabado Pro-4X añade tapicería de cuero con costuras rojas para reforzar su estética deportiva.
No se trata, por tanto y para acabar, de un todoterreno hermanado con la Navara del LATAM ni tampoco con el Nissan Frontier Pro que se produce en China y que ha dado lugar a que Santana pueda volver a la actividad en Linares. De hecho, es precisamente el todoterreno fruto de la colaboración entre Nissan, Santana y Coronet el que puede hacer que la Navara, de alguna forma, vuelva a la vida siendo producida en España.









