Porsche atraviesa su peor momento en décadas. Las ventas en China se han desplomado, los aranceles de Estados Unidos están haciendo mella y su ambicioso plan con el coche eléctrico se ha convertido en un lastre para la rentabilidad de la compañía. Las consecuencias: unas pérdidas multimillonarias.
En el tercer trimestre del año, Porsche ha registrado una pérdida operativa de 967 millones de euros, frente a los 974 millones de beneficio que obtuvo en el mismo periodo del año anterior.
Diferentes analistas esperaban unas pérdidas millonarias para este trimestre, alrededor de los 600 millones de euros. Sin embargo, el agujero ha sido peor de lo esperado. Según el director financiero de Porsche, Jochen Breckner, esta debacle se explica por los costes extraordinarios derivados de revisar su estrategia eléctrica, que incluye la decisión de cancelar la producción interna de baterías y frenar la expansión de su gama eléctrica.
Porsche quería que el 80% de sus coches fuesen eléctricos en 2030, pero se han topado con una realidad diferente que les ha obligado a cambiar de objetivo. Y este cambio tendrá un impacto total de 3.100 millones de euros en sus cuentas anuales.
Breckner fue claro: en Porsche esperan que 2025 sea el punto más bajo que precederá a una mejora notable a partir de 2026. Hasta entonces, la marca prevé una rentabilidad sobre las ventas de apenas un 2 %, una caída drástica respecto al 14 % del año pasado que hacía de Porsche uno de los fabricantes de coches más rentables del planeta y la gallina de los huevos de oro para una maltrecha Volkswagen. Para 2026, la compañía confía en que la rentabilidad aumente a «un número alto de un solo dígito», pero no obstante seguirá lejos del 14 % de 2024.
China y EE.UU. son dos fuentes de problemas por diferentes motivos
El plan fallido con el coche eléctrico no es la única razón para llegar a esta situación, que sin duda es la más complicada de Porsche en su historia reciente. Las ventas en China, su principal mercado a nivel mundial, han caído de manera significativa y Breckner reconoció que seguirán cayendo en 2026. Porsche cerrará casi la mitad de sus concesionarios en China, pasando de los 150 actuales a solo 80 en 2027.
A eso hay que sumar los aranceles de Estados Unidos, que costarán a Porsche unos 700 millones de euros este año. El fabricante alemán lo va a intentar compensar parcialmente subiendo los precios en el mercado estadounidense, pero aun así seguirán ganando menos dinero que antes.
Con todos estos problemas tendrá que lidiar Michael Leiters, el nuevo CEO de Porsche. Leiters (ex jefe de McLaren) hereda de Oliver Blume una crisis en toda regla, que incluye una reestructuración interna y la eliminación de 1.900 empleos en los próximos años. El propio Breckner adelantó que habrá un segundo paquete de medidas antes de final de año, y que se buscan «soluciones a gran escala» junto a los representantes laborales para garantizar la viabilidad a medio plazo.
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