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Subviraje y sobreviraje: qué son y cómo contrarrestarlos

Todos hemos oído hablar del subviraje y sobreviraje. Todos sabemos lo que son intuitivamente, y aunque estamos familiarizados con ellos de forma intuitiva, ¿realmente sabemos por qué se producen? Tanto el subviraje como el sobreviraje pueden ocurrir en nuestro día a día, mientras conducimos tranquilamente nuestro coche. En la mayor parte de ocasiones, ocurrirán de forma accidental e imprevisible. ¿Sabes cómo actuar si tu coche empieza a subvirar? ¿Qué debo hacer si mi coche de tracción delantera comienza a sobrevirar? Vamos a conocer un poco más a fondo el subviraje y el sobreviraje, y cómo contrarrestarlos.

Antes de nada, hablemos de Walter Röhrl. El mítico piloto alemán de rallyes – y «lengua de trapo» habitual – explicaba la diferencia entre subviraje y sobreviraje de manera muy visual, poniendo como ejemplo una salida de vía en curva. Röhrl decía: «subviraje es cuando ves de frente el árbol contra el que te vas a estrellar, y sobreviraje es cuando sólo lo puedes escuchar y sentir». En el fondo no mentía: cuando el radio de giro del coche es insuficiente para acometer una curva sufrimos de subviraje, y cuando ese radio de giro es excesivo y la zaga nos adelanta, es cuando sufrimos de sobreviraje.

Subviraje: cuando se produce y cómo evitarlo

Los vehículos de propulsión trasera – o incluso de motor central – también pueden sufrir de subviraje.

¿Qué es el subviraje? Es una situación en la que el eje delantero del vehículo pierde tracción, con un ángulo de giro inferior al dictado por el volante. Técnicamente, la deriva del eje delantero es mayor que la del eje trasero, y el resultado es que nuestra trazada en curva se abre. El coche «se va de morro». Es una situación peligrosa, que puede provocar una salida de vía. En casos de adherencia extremadamente baja, el vehículo puede llegar a ignorar al completo nuestras órdenes, siguiendo una trayectoria recta. Se produce comúnmente en vehículos de tracción delantera y motor delantero, por su reparto de pesos, más favorable al tren anterior.

¿Por qué se produce el subviraje? Las causas más comunes son una velocidad de entrada en curva excesiva, unos neumáticos delanteros muy desgastados o en mal estado, o un firme deslizante, ya sea por hielo, lluvia, gravilla u otro agente externo. Si giramos bruscamente el volante en pleno giro también podemos provocar un subviraje. El denominador común de todos estos casos es que rompemos el límite de adherencia de los neumáticos, y el coche querrá seguir recto en vez de girar.

¿Cómo contrarresto el subviraje? Contrarrestar el subviraje es sencillo. Queremos recuperar la adherencia en el tren delantero, jugando con la transferencia de masas del vehículo. Debemos dejar de acelerar e incluso tocar los frenos de forma ligera. Conseguiremos que el peso del vehículo se traslade al eje delantero, que volverá a recuperar la adherencia. Lo que nunca debemos hacer es girar el volante aún más en el sentido de la curva: el subviraje se acentuará aún más. Aunque es anti intuitivo, reducir en un par de grados el ángulo de giro mientras deceleramos o frenamos también ayuda a mitigar el subviraje.

La mayor parte de fabricantes de coches inducen un comportamiento subvirador en sus vehículos ante situaciones límite, ya que es más sencillo de controlar por parte del conductor. El subviraje es considerado un enemigo de la conducción deportiva, y se suele castigar y criticar a los vehículos que subviran en una conducción dinámica. La realidad es que un vehículo sobrevirador es mucho más peligroso, ya que contrarrestarlo exige conocer técnicas avanzadas de pilotaje y tener pericia en ellas.

Sobreviraje: cuando se produce y cómo evitarlo

Se suele producir en vehículos de propulsión, pero también puede ocurrir en vehículos de tracción delantera.

¿Qué es el sobreviraje? Es una situación en la que el eje trasero del vehículo pierde tracción, y trata de adelantarnos, provocando que el vehículo gire mucho más de lo debido. La deriva del eje trasero es mayor que la del eje delantero, y nuestra trazada en curva se cierra. Coloquialmente, es cuando el coche «se marcha de atrás». Si no controlamos adecuadamente el sobreviraje, puede producirse un trompo y una pérdida completa del control del vehículo. Podemos acabar fácilmente fuera de la carretera o aún peor, invadiendo el carril contrario. Es más común en vehículos de propulsión trasera, pero también puede ocurrir en coches de tracción delantera.

¿Por qué se produce el sobreviraje? En la mayor parte de casos, por un exceso de aceleración en plena curva. También se puede producir el sobreviraje a causa de unos neumáticos traseros en mal estado, o por circular sobre un firme de baja adherencia, ya sea por meteorología, manchas de aceite o suciedad. No olvidemos el último supuesto: una frenada fuerte en pleno apoyo descargará de peso la parte trasera de nuestro coche, ya sometida a una inercia lateral fuerte. En todos los casos, el resultado es el mismo: ruedas traseras perderán tracción y desestabilizarán a todo el conjunto.

Corregir un sobreviraje exige técnica y templanza. Estar informado es el primer paso. Si puedes, acude a un curso de conducción para practicar la corrección de forma segura.

¿Cómo contrarresto el sobreviraje? Nuestro objetivo es que el tren trasero vuelva a recuperar la adherencia, pero al mismo tiempo tenemos que corregir la trayectoria, que se ha cerrado demasiado como para poder negociar la curva exitosamente. Si nuestro vehículo es de propulsión trasera, debemos relajar la presión sobre el acelerador, pero sin soltarlo al completo. Al mismo tiempo, haremos contravolante, es decir, giraremos el volante hacia el lado contrario a la curva. Es intuitivo, porque nos aleja del peligro y corrige nuestra trayectoria. Lo que nunca debemos hacer es tocar los frenos o soltar de golpe el acelerador.

Si frenamos o soltamos de golpe el acelerador, el sobreviraje puede exagerarse aún más, o podemos de golpe y sin previo aviso recuperar la adherencia. La violenta transferencia de masas provocará un latigazo, que en el mejor de los casos, puede hacernos daño en el cuello, y en el peor, provocar un trompo del que no habrá manera de salir. Si nuestro coche es de tracción delantera, la forma de recuperarnos del sobreviraje es similar, aunque recomendamos una aplicación algo más fuerte del acelerador para cargar de peso al tren trasero y una cuidadosa aplicación del contravolante. Con un poco de suerte, todo se quedará en un susto.

El ESP no puede alterar las leyes de la física, pero nos puede salvar la vida

En un coche equipado con ESP, tanto el subviraje como el sobreviraje se mitigan en la mayor parte de casos. Aunque estos consejos son más aptos para vehículos sin control de estabilidad, debemos tener muy presente que el ESP no puede alterar las leyes de la física. Si bien puede salvarnos en muchas situaciones, seguiremos sufriendo de subviraje y sobreviraje en casos extremos. Recuerdo estar probando un Audi A7 Sportback quattro y sufrir un enorme sobreviraje a causa de una mancha de aceite en el asfalto. El ESP me ayudó enormemente, pero si no hubiera hecho contravolante me habría salido de la carretera, sin lugar a dudas.

Nunca debemos envalentonarnos y olvidar cómo actuar en caso de subviraje o sobreviraje, por muchas ayudas a la conducción que tenga nuestro coche recién estrenado.

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