Lejos de tener mil pantallas en el salpicadero, Suzuki decidió meterle a este SX4 una maldita videoconsola. Sí, hay un mando incrustado en el volante. Y sí, son botones físicos. ¡Te presento al Suzuki SXBox!
Suzuki SX4 4×4 transformado fruto de la alianza Japón-Microsoft
Era 2007 y Suzuki quería atraer al público joven y conectado de los 2000. Para ello tiró de Microsoft, que acababa de sacar su Xbox 360, y la ayuda de ASC (American Sunroof Corporation).
Estos últimos hicieron dieron forma al concept llamado Suzuki SXBox, que parecía un coche sacado de alguna famosa revista de tuning de los 2000. Por fuera parecía que solo lo habían tirado al suelo con una suspensión deportiva, que le habían puesto llantas racing en un color de dudoso gusto, algunas «pegatas» y un atractivo escape central. Pero dentro…
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El interior del Suzuki 4×4 con mejor sistema de infoentretenimiento
Fuera pantallas y fuera radio. El salpicadero cambió su forma para que se le incrustara una Xbox 360. El volante rechazó al airbag y el claxon para poner un mando. El segundo jugador tenía otro delante de la palanca de cambios. Piloto y copiloto podían echarse unas partidas levantando el capó invertido, donde un proyector lanzaba la imagen.
Los asientos racing aseguraban horas y horas de divertimento ya fuera mando, o volante en mano, pues la suspensión deportiva y la tracción 4×4 y unos alegres 150cv bajo el capó. ¿Y los de la segunda fila qué? Las tres plazas traseras se convirtieron en dos asientos racing porque entre ellos se puso, adivina, otra Xbox 360. Cada ocupante tenía su propia pantalla que se desplegaba desde el techo.
El interior estaba cargado de detalles en verde que hacían alusión a la consola de Microsoft, pero por si los chavales necesitaban disfrutar del exterior, ¿sabes qué había en el maletero? Así es, una pantalla de 30″ oculta en el portón trasero y un pedazo de sistema de sonido.
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Las marcas y su legado
Quiero ponerme en un tono más reflexivo en este punto. El SXbox cumplió su cometido durante el Auto Show de Chicago. Atrajo las miradas de curiosos y jóvenes fascinados por su relación directa con algo tan moderno como era tener una videoconsola.
Pero poco o nada se sabe desde aquí. Solo que Suzuki lo llevó por ferias y concentraciones tuning de todo EE.UU aquel año. Cosa que le acercó a su objetivo. Después, sencillamente, desapareció. Quién sabe si terminó cogiendo polvo durante décadas en algún almacén o, peor, desmantelado.
Me gusta mucho que las marcas hagan cosas locas que se alejan del raciocinio (aunque el trasfondo siempre siga siendo «vender más»). Pero no me gusta que cosas como esta acaben «deshechadas» u olvidadas por la propia marca. Es por ello que debemos agradecer a todas aquellas que mantienen en sus museos los «kilómetros que han recorrido» en su propio pedacito de historia del automóvil.
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