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Bosch optimiza la frenada de híbridos y eléctricos

La frenada regenerativa de los vehículos híbridos y eléctricos plantea la necesidad de modificar el funcionamiento habitual del pedal de freno. Bosch presenta ahora dos prototipos listos para su fabricación en serie específicamente diseñados para esta nueva necesidad.

Tradicionalmente, el pedal de freno está directamente conectado a un circuito hidráulico. Al pisar el pedal, se transmite una presión a través de ese circuito, que termina impulsando los frenos en las 4 ruedas de nuestro coche.

Con la llegada de los vehículos que equipan un motor eléctrico (combinado con otro de combustión o en solitario) se plantea la necesidad de frenar de dos formas diferentes y complementarias. Por un lado se puede realizar una frenada regenerativa, que consiste en convertir el motor eléctrico en un generador eléctrico para recargar las baterías del coche (al tiempo que aplica una fuerte retención) y por otro se puede realizar una frenada tradicional (transformación de la energía cinética en disipación de calor).

Una posible solución a estas dos modalidades de frenado consiste en activar la frenada regenerativa al soltar el pedal del acelerador y la frenada tradicional al pisar el pedal de freno. No obstante, lo ideal sería aprovechar la frenada regenerativa al máximo, si se pudiese regular su intensidad, y dejar la frenada clásica sólo para detenciones muy bruscas y poco habituales.

Bosch presenta dos soluciones alternativas para el problema planteado, los sensores de recorrido del pedal de freno PWG12 y PWG13. El primero mide la posición en la carrera del cilindro de freno y el segundo mide el ángulo del pedal, haciendo posible su montaje en una gran variedad de coches gracias a sus compactas dimensiones.

La idea es medir la necesidad de retención del conductor al pisar el pedal de freno y activar incrementalmente la frenada regenerativa, recurriendo al freno convencional sólo en caso de necesidad pero no siempre que se pise ese pedal.

Ambos modelos funcionan mediante sensores Hall, que determinan la posición del pedal por medios electromagnéticos y por tanto sin contacto físico ni desgaste. El funcionamiento del sistema está basado, a su vez, en señales redundantes (dos mediciones de la misma posición que se confirman entre sí) para garantizar la seguridad. Por último, su reducido tamaño y las dos alternativas existentes permiten su integración de forma económica en casi cualquier vehículo.

Otro dato interesante es que la respuesta de los sensores es parametrizable, de forma que el comportamiento del pedal de freno puede ser configurado para diferentes modelos en función de las necesidades y preferencias de cada marca.

La solución es tan lógica que apenas merece comentario adicional. El siguiente paso es exprimir a tope la frenada regenerativa y que los discos de freno no lleguen a estrenarse en los vehículos eléctricos si nunca se encuentran en una frenada de verdadero pánico.

Fuente: Bosch
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