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Carpool, así es el autostop de la era de la información

El autostop es una tradición tan antigua como el propio automóvil. Pero la generalización de una red vial compuesta principalmente por autovías y autopistas, en las que se prohibe tajantemente esta práctica en tanto en cuanto está prohibido el acceso de peatones, ha hecho que la estampa del autoestopista haciendo dedo en el arcén haya quedado prácticamente en el olvido. No obstante en Europa aún existen muchos defensores de este quasi estilo de vida, dispuestos a pegarse auténticas kilometradas (conozco casos de incluso varios miles de kilómetros), ya no sólo por ser un medio económico sino también por la aventura o simplemente por conocer gente.

Por suerte, en la era de internet, a alguien se le ocurrió que de alguna forma podría establecerse un sistema organizado y legal para compartir vehículo. De ahí nacería lo que los anglosajones llaman Carpooling, o Car-sharing, que en definitiva resume la idea de organizar viajes compartidos en automóvil. En torno a esta idea han nacido multitud de portales de internet que se prestan voluntarios a ejercer de intermediario entre el conductor y sus pasajeros.

Una gran idea, ¿no creen?

En realidad el sistema de compartición de vehículo está cargado de ventajas, con el único handicap que supone la pérdida de intimidad del conductor que viaja sólo al volante de su vehículo. Sinceramente este sistema parece mucho más viable que el sistema de alquiler de vehículos Social Car, del cual mi compañero Borja Guerrero ya rendía cuentas recientemente. De hecho el Carpool ya está teniendo bastante éxito en Europa y en España ya existen agencias que tratan de despegar enfrentándose al desconocimiento por parte de la mayoría de los conductores que ignoran la existencia de este servicio.

Más allá del propio altruismo del conductor que recoge a un autoestopista en al arcén de la carretera, el sistema habitual de Carpool consiste en compartir vehículo a cambio de repartir gastos, tales como combustible o peajes, o incluso bajo una tarifa pactada que casi siempre será inferior a la del transporte público, o al coste de viajar sólo en tu vehículo privado. Por otro lado al no viajar sólos podríamos utilizar carriles BUS-VAO (de alta ocupación) y por supuesto para los más sociables abriría la posibilidad de conocer gente y mantener, quién sabe, una agradable conversación.

Para el más concienciado con el ecologismo, el Carpool supone además una reducción en la huella que dejamos sobre el medio ambiente, dado que las emisiones de CO2 asociadas a nuestro desplazamiento serían siempre inferiores al compartir nuestros «malos humos» con otros viajantes.

Ahora piensa por un momento, ¿Cuántos viajes medios-largos has hecho tú sólo al volante de tu vehículo privado? ¿Estarías dispuesto a compartir automóvil para viajar?

Fotografías: Seat Alhambra
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