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Kia Track’ster, tecnología al servicio de un crossover de carreras

Una nueva moda se ha impuesto en los últimos meses: pequeño crossover, mucha potencia y aptitudes para enfrentarse a condiciones deportivas que hasta ahora estaban reservadas tan sólo a sus hermanos mayores. Lo cierto es que este tipo de vehículos, lejos de tener visos de algún éxito comercial, son un atractivo reclamo para demostrar de qué son capaces los fabricantes y hasta que punto el buen saber hacer de los ingenieros y la tecnología puede llegar a convertir un aburrido y modesto todocamino urbano en una máquina de devorar curvas.

Tras el Nissan Juke R, el último en unirse a esta peculiar tendencia es el Kia Track’ster, un coupé de tres puertas basado en el Kia Soul capaz de hacer las delicias de cualquier petrol head aficionado a las escapadas de circuito, su propio nombre ya da fe de ello. Qué mejor forma de canalizar toda su rabia que un contenido motor de gasolina de cuatro cilindros y un desplazamiento de 2.0 litros que gracias a la sobrealimentación desarrolla la friolera de 250 CV, palabras mayores en un utilitario de escasos 4 metros.

Otra de las claves la tenemos en su tracción total controlada mediante un diferencial central electrónico.

Kia no ha dudado en poner toda la carne en el asador para que todos disfruten del festín. La batalla ha aumentado 2,5 centímetros respecto al Kia Soul del que procede. No busquen puertas traseras, no las hay. En efecto el Kia Track’ster ha evolucionado hacia un diseño biplaza en el que la banqueta posterior ha sido sustituida por un inteligente organizador en el que depositar el casco, los guantes, el mono, una caja de herramientas e incluso una rueda de repuesto de fácil y rápido acceso para efectuar el cambio de un neumático en unos segundos.

Su lista de equipamiento no tendría nada que envidiar a la de cualquier deportivo de pura cepa. Frenos Brembo autoventilados de 14″. Llantas de 19″ calzando neumáticos Michelin Pilot Sport PS2 de 245/40 delante y 285/35 detrás, medidas propias de un deportivo como un Audi RS5 o un BMW M5, háganse una idea…

La probabilidad de que algo así llegue a los concesionarios es muy pequeña, casi nula. Pero al menos es un buen ejemplo para demostrarnos de lo que pueden ser capaces las marcas con la tecnología actual a la hora de diseñar un verdadero deportivo con una base sencilla, en este caso la de un pequeño crossover como el Kia Soul.

Fuente: Kia | Diariomotor
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