En el mundo del motor es raro no haber oído hablar de los propulsores eléctricos y a día de hoy ya se aplican en numerosos vehículos. Hemos visto coches, motos, bicicletas e inventos curiosos que aportan soluciones de movilidad con un número considerable de ventajas y desventajas frente a los vehículos de combustión. No obstante, hoy hablamos del mundo en circuito con una nueva fórmula: los karts eléctricos. No es de extrañar que los karts reciban un motor eléctrico tal como avanza el mundo del motor, aunque no hablamos de un fabricante. Hablamos de una empresa (kartelectrico.com) que se dedica a usar chasis nuevos o usados para reconvertir estas máquinas en modernos cuadriciclos listos para competir.
Lo cierto es que en un primer momento he pensado en todas aquellas desventajas que un propulsor así podría tener en los karts como la autonomía, el nulo ruido del motor y las posibilidades reales de competir contra homólogos de combustión, aunque tras ver lo que tienen que decir, me han convencido en ciertos aspectos.
De 9 a 38 caballos
Lo primero es que ofrecen tres kits pre-instalados con baterías de Litio y tres niveles de potencia. La primera es de 9 caballos cuyo objetivo es asemejarse a karts de alquiler y usarse como karts infantiles y escuelas de pilotos. El segundo alcanza 15 caballos y puede alcanzar unos 70-80 km/h y permite alargar la relación de transmisión. Se asemejaría a un kart adulto de alquiler. Un último y sorprendente motor de 38 caballos es el que completa los tres kits que probablemente sorprendan ya que el par constante y la aceleración de un eléctrico pueden ser aliados bastante acertados en este tipo de máquinas.
No obstante, hay que tener en cuenta que estos motores tienen una autonomía de 25 a 35 minutos, aunque podría considerarse una ventaja. Siempre pensando en el tema de alquiler creo que no está mal si usamos la política de usar el kart hasta que ‘se le acabe la pila’. En el caso del motor más extremo y para uso particular es algo escaso aunque este problema ya lo conocemos de las motos eléctricas y sobre todo en las de campo donde la autonomía es más o menos similar. Según la empresa, el tiempo de recarga es equivalente al consumo, es decir, un minuto gastado, un minuto de recarga.
También hay que tener en cuenta el sobreprecio que un motor eléctrico tiene frente a uno de combustión, aunque entre pequeños ajustes mecánicos y gasolina en los motores de combustión, la diferencia puede llegar a amortizarse. También dan la posibilidad de emplear acumuladores de plomo que, aunque no lo recomiendan, reduce el precio (que representa una inquietud principal) así como las prestaciones y la rentabilidad a largo plazo.
Citan ventajas y entre otras encontramos el mantenimiento, la facilitación de autorizaciones por ser cero emisiones ya que se evitan problemas de salud o que no se genera calor y por tanto no se necesitan trajes ignífugos lo que reduce los costes de los seguros.
Recargas en movimiento
Un elemento en el que están trabajando es en sistemas de recarga sin cables. Suena muy interesante ya que podrían usarse de dos formas: en parado fuera de las pistas o en rectas para los usuarios que están conduciendo. Funcionan por contacto con paneles electrificados de baja tensión que se sitúan en el suelo. Creo que esta solución podría ser un acierto considerable aunque habrá que esperar a ver la autonomía que puede llegar a ganar el kart en movimiento.
También están trabajando en la sustitución rápida de baterías que aunque no es una novedad, a nivel de alquiler puede ser un repuesto casi obligado.
En definitiva creo que para el dueño del negocio de alquiler, la reconversión puede ajustarse de forma positiva a la empresa. Para el usuario primerizo puede tener efectos positivos en cuanto a la sensación de conducción y para el avanzado lo mismo encuentra un nivel de entretenimiento sin precedentes, aunque los amantes de la gasolina son difíciles de convencer.
Por otro lado, 38 caballos pueden dar mucho juego en máquinas así y en Tecmovia nos quedamos con ganas de pilotar uno.
Fuente: www.kartelectrico.com
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