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Peak Oil: el terror energético mundial, ahora en entredicho

El concepto de «Peak Oil«, cuya traducción vendría a ser «momento de máxima producción de petróleo«, hace referencia al hecho indiscutible de que, en algún momento del tiempo, el petróleo ya extraído de la tierra será más que el que quede por extraer. Atendiendo a la curva de producción de un yacimiento normal, ese es también el momento de máxima producción que, por definición, viene seguido del declive y el agotamiento del recurso.

En algún momento del tiempo, el petróleo ya extraído de la tierra será más que el que quede por extraer

Visto en términos económicos y en un mundo muy dependiente del petróleo, esta caída en la producción podría ir acompañada de una especie de escalada de precios casi apocalíptica y una huida a marchas forzadas hacia las alternativas energéticas que hoy miramos con recelo. Pues bien, un reciente estudio sobre este supuesto momento crítico planetario parece apuntar en otra dirección bien diferente: el máximo en la demanda podría llegar antes que el cénit de la oferta, lo que cambiaría todo el planteamiento: el «Peak Demand«

El temor al Peak Oil tiene casi cinco décadas de historia. Pero el problema de toda predicción acerca del momento exacto del evento es siempre el mismo: todo estudio está basado en la información incompleta sobre la totalidad de los recursos petrolíferos descubiertos y por descubrir. La conclusión es que es técnicamente imposible determinar el momento preciso del temido máximo.

Un cambio de paradigma para la industria extractiva mundial

Investigando esta especie de «mito» en el mundo de la energía, la consultora británica de ingeniería Ricardo ha realizado una serie de sesudas predicciones sobre el fenómeno. Finalmente, han llegado a la sorprendente conclusión de que el momento álgido en la demanda mundial de petróleo está más cerca de lo que todo el mundo creía (y muchos creen) con lo que el temido Peak Oil pasaría a ser un fenómeno conducido por la demanda, no por la oferta y, por tanto, de mucho menor dramatismo.

El temido Peak Oil pasaría a ser un fenómeno conducido por la demanda, no por la oferta y, por tanto, de mucho menor dramatismo

Los argumentos que conducen a esa conclusión son diversos, empezando por el hecho de que la eficiencia incremental de los motores de combustión interna, combinada con los hábitos de compra de mercados enteros como el americano, impulsados por las nuevas leyes anticontaminación, están empezando a marcar una senda descendente en el consumo de combustibles cuya pendiente es más pronunciada que el incremento del parque móvil mundial.

Así las cosas y siempre según la consultora ingenieril, el punto álgido de demanda mundial de petróleo, que supone a día de hoy alrededor de 1/3 de la producción de energía, se alcanzaría antes de 2020, es decir, pasado mañana. De ahí en adelante, se iría necesitando cada vez menos oro negro con lo que la temida escasez y el consiguiente estrangulamiento del mercado podrían no llegar nunca.

La temida escasez y el consiguiente estrangulamiento del mercado podrían no llegar nunca

Otro dato interesante y sorprendente del estudio es que el ya mencionado incremento en la eficiencia de los motores tradicionales, junto con la introducción de biocombustibles, constituyen el eje central de la caída de demanda y compensarían con creces el aumento del parque móvil mundial que se estaría produciendo simultáneamente. El vehículo eléctrico jugaría un papel menor, totalmente secundario en esta predicción.

Aunque la influencia de la electrificación en el transporte se supone creciente a lo largo del tiempo, el hecho es que parte de cero y su expectativa de introducción es lentísima. Después de todo, ningún fabricante prevé ahora mismo una penetración superior al 10% de sus ventas para 2020, y la mayoría se mueven en cifras que rondan más bien el 3-5 %. Testimonial, vamos.

El caso de China

China parece ser el gran temor económico y energético de los países desarrollados y no parece haber muchas dudas de que su demanda de petróleo tiene aún un largo recorrido al alza. No obstante, Ricardo sitúa su pico de demanda alrededor de 2027, momento en el que el resto del mundo llevaría ya una fuerte tendencia descendente capaz de compensar con holgura el consumo chino.

Las razones para este pico relativamente próximo en su consumo serían, esencialmente, demográficas. La población china en edad de trabajar alcanzará un máximo tan pronto como en 2016 pero… ¿cómo es posible semejante cosa? Parece ser que China está «sentada sobre una bomba demográfica» que viene a ser la política de «un solo hijo» fomentada por el gobierno desde hace mucho tiempo.

Lo que parecen malas noticias para China serían muy buenas para la demanda mundial de petróleo

La consecuencia es evidente para cualquiera: el envejecimiento de la población será galopante en menos de una década, y la gente conduce mucho menos a partir de los 40… sobre todo si al país no le ha dado tiempo a construir una red de protección social (que en Europa nos parece que siempre estuvo ahí) que permita la existencia de una población numerosa de mayores con posibilidades económicas de consumo y, por tanto, de transporte. Parece ser que serán bastante mayores y no precisamente ricos en un porcentaje elevado de la población y en menos tiempo del que se tarda en decir «China envejece».

No quisiera frivolizar con este tema, pero lo que parecen malas noticias para China serían muy buenas para la demanda mundial de petróleo.

Conclusiones

De confirmarse (solo el tiempo lo dirá), las predicciones de Ricardo darían la vuelta en gran medida a un sinfín de proyectos relacionados con la extracción y aprovechamiento de petróleo en ubicaciones y estados fósiles más y más adversos. Podría suceder, incluso, que no diese tiempo a que estas complicadas explotaciones fuesen verdaderamente rentables, o que tardasen mucho más de lo esperado en serlo.

Solo podemos dejar en el aire la duda, aparentemente bien documentada, sobre el temido Peak Oil

Si el pico de demanda se produce tan rápido como el estudio parece concluir, y la oferta continúa con su expansión de producción y su escalada de precios, este desajuste solo podría corregirse con una reducción de la actividad extractiva acorde con el menor consumo y unos precios en retroceso.

Puesto que todo esto sucederá (o no) en las próximas décadas, solo podemos dejar en el aire la duda, aparentemente bien documentada, sobre el temido Peak Oil.

Ojalá tengan razón.

Fotos:
Flickr de justin_vidamo
Flickr de Deepwater Horizon Response
Flickr de Jonathan Kos-Read

Fuente: Ricardo Quarterly Magazine
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