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El hombre contra la máquina, ¿quién acelera más?… y por qué

Con motivo de los próximos juegos olímpicos de Londres 2012, BMW se ha apuntado el tanto de proporcionar la flota de vehículos oficiales para el evento. Para dar mayor visibilidad a sus coches, los chicos de marketing no saben qué inventar y enfrentaron hace unos días a un velocista profesional (Mark Lewis-Francis) contra un BMW 320d EfficientDynamics para ver quién aceleraba más rápido.

Aunque se trata de un evento promocional de dudoso interés automovilístico, resulta que los (sorprendentes) resultados nos sirven para ver un poco más claro lo importante que resulta la masa desplazada a la hora de acelerar un vehículo. Determinante en la aceleración y determinante en el consumo energético, podríamos concluir también.

Antes de nada, vamos con los resultados para distancias y tiempos y después sacamos algunas conclusiones:

Distancia_____BMW___Mark
0-5m________1.5s____1.333s
0-10m_______2.3s____1.990s
0-20m_______3.3s____3.137s
0-30m_______4.0s____4.121s
0-100m______7.5s____10.04s

A la vista de los tiempos, llegamos a la conclusión de que el hombre es ligeramente más rápido nada menos que en los primeros 30 metros, momento en que el coche lo adelanta hasta perderlo de vista. Posiblemente al conductor del coche le daría tiempo a detenerlo bastante más allá de la línea de meta para ver llegar al atleta por el retrovisor, pero ¿qué sucede durante los primeros 30 metros?

Lo que sucede es que la masa del ser humano es unas 20 veces menor que la del coche

Lo que sucede es que la masa del ser humano es unas 20 veces menor que la del coche y su potencia muscular, combinada con una mayor capacidad de tracción sobre los tacos de salida y un tiempo de reacción a la pistola casi nulo lo catapultan hacia adelante más rápido que un coche manual, incluso un tracción trasera con más de 160 CV.

La ventaja adquirida en los primeros 10 metros necesita de otros 20 adicionales para neutralizarse. A partir de ahí, el coche sigue acelerando mientras que el hombre se desplaza a su velocidad máxima (muy baja en comparación) y la carrera deja de tener sentido. Conviene aclarar que el tipo fue oro olímpico en relevos 4×100 en Atenas 2004 y hace los 100 m en 10,04s en plena calle, con lo que no es precisamente un «tuercebotas».

La conclusión es clara: si queremos prestaciones, puede ser más interesante restar kilogramos que añadir potencia. Es la masa, en mayor medida que la potencia, lo que define la agilidad de un vehículo, no solamente porque ayude a acelerar en línea recta sino porque nos permitirá también conseguir aceleraciones laterales (curvas) mayores y una capacidad de frenado superior con un menor consumo energético, a igualdad en el resto de condiciones.

Liviandad al poder, ¡ya!

Fuente: Newspress
En Tecmovia: Enemigos de la eficiencia: la masa desplazada | Los falsos mitos de la masa desplazada

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