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El «Car Sharing» hoy. ¿Cuánto se parece al futuro?

Como en tantos otros momentos de la historia, en el momento actual la sociedad se encuentra inmersa en varios cambios estructurales. Algo que, probablemente, dará lugar a un nuevo paradigma social. En el caso del sector del automóvil, a la revolución técnica de los coches eléctricos y la integración de las TIC en los vehículos se ha sumado una nueva gran corriente de reflexión y acción que tiene que ver con el modelo de posesión y uso de los coches.

«Car Sharing» usar mas para tener menos

En 2010 el trístemente fallecido William J. Mitchell publicó en el MIT un ensayo, arropado por Christopher E. Borroni y Willam D. Burns que se titula «Reinventing the automobile» con el sugerente subtítulo «Personal Urban Mobility for the XXIst century». En él se planteaba, por un lado, las debilidades del actual formato de diseño, construcción y comercialización de los coches, y por otro y principalmente, un sistema realmente ambicioso de transporte urbano individual basado en el uso compartido de coches que, conectados a una gran red de gestión de transporte, podrían cubrir las necesidades de transporte de los habitantes de una gran ciudad, resolviendo problemas como la necesidad de aparcamiento, el tiempo muerto de uso de los vehículos particulares, e incluso el coste colectivo del ineficiente transporte en ciudad. A través de coches eléctricos plegables, Internet y las TIC, Mitchell presentó el más sofisticado sistema de «Car Sharing» planteado hasta la fecha.

La cultura de la movilidad compartida individual se ha instalado en las ciudades paulatinamente, principalmente gracias al BikeSharing

El «Car Sharing» (compartir coches dentro de un sistema de alquiler en periodos cortos), se ha presentado como una radical y novedosa alternativa a la movilidad en las ciudades, y que promete liberarlas de varios de sus problemas actuales. Las grandes ciudades se han convertido en ecosistemas cada vez más hostiles para el coche y los ciudadanos, especialmente los más jóvenes, han desarrollado una relación con éste diferente y que no está basada en la posesión. La cultura de la movilidad compartida individual se ha instalado en las ciudades paulatinamente, principalmente gracias al BikeSharing, y la noción de que la movilidad en las ciudades es algo más que la suma de la movilidad individual de sus habitantes va calando en la sociedad.

La visión de un futuro lleno de coches (o unidades de transporte) que se usan “a la carta” y se dejan en otras estaciones donde otros usuarios los cogen para trayectos diferentes es una de las expectativas más revolucionarias de las ciudades del futuro a medio plazo. La idea del “Transporte Rápido Personal” es una antigua aspiración de corte siempre futurista y nunca realmente planteado en suficiente escala. Algo entre los títulos de crédito de Futurama y los transportes autónomos del aeropuerto de Heathrow o la ciudad de Masdar. Para que esos “mega-sistemas” funcionen se precisarán décadas de cambios muy importantes en la sociedad, y también ejercicios de generosidad y concienciación. Pero hoy en día ya existen unas cuantas plataformas de Car Sharing en el mundo así que… ¿Cómo es el “Car Sharing” real en nuestras ciudades reales?

Empresas que ofrecen “Car Sharing”

Existen en la actualidad varias empresas que ofrecen servicios de coche compartido o de movilidad compartida en ciudades. Una de las pioneras en este sentido fue Zipcar que poco después del año 2000 comenzó a poner en funcionamiento una flota de coches compartidos que sus clientes pudiesen usar durante cortos desplazamientos. A día de hoy existen algunas grandes plataformas más. Las hay que pertenecen a los fabricantes de coches, como el caso de DriveNow, de BMW y Sixt, circunscrita a Alemania (Munich, Dusseldorf y Berlin). Daimler por su parte ha desarrollado Car2Go, que está en la actualidad en 16 ciudades de 7 países con sus Smart. Otras son propuestas más alternativas basadas en flotas de eléctricos. Entre estas, Autolib en Paris es quizá el más ambicioso intento de llevar a cabo un sistema de “Car Sharing” con coche eléctrico en una gran ciudad, partiendo de un modelo diseñado en exclusiva por el grupo Bolloré con la colaboración de Pininfarina.

La aportación del coche compartido podría suponer retirar de la circulación cerca de 60 millones de coches

En el mismo sentido, aunque a menor escala y partiendo de Peugeot iOn o Think City, CochEle en Sevilla ofrece “Car Sharing” eléctrico. Otras empresas apuestan por un formato más flexible, como HelloByeCars, mientras que empresas tradicionales del alquiler de coches como Europcar comienzan a ofrecer servicios de alquiler por horas, teniendo incluso oferta de vehículos eléctricos, planteamiento similar al de la joven Ozone Drive, que apuesta por un alquiler convencional de flota eléctrica. Por último, algunas otras empresas ofrecen variantes más peculiares del “Car Sharing” pero que igualmente responden al planteamiento de la movilidad compartida. Es el caso de CityUs en Zaragoza, que distribuye microcoches coches eléctricos como el Mahindra Reva, y también ofrece servicios de alquiler por horas de pequeños cuadriciclos eléctricos.

La mayoría de las empresas funcionan a partir de un esquema de contrato – registro que otorga al cliente el acceso a los servicios de movilidad de la misma. El usuario – cliente reserva el coche por Internet (bien desde casa o bien desde aplicación vía móvil), y en la hora convenida recoge el coche para su uso. Varias de estas empresas tienen desarrolladas aplicaciones para smartphone que permiten la reserva desde el propio móvil vía Internet, y aquellas en las que no existe esa opción ofrecen la alternativa de alquilar vía telefónica. Si los alquileres son por un periodo corto no suele incluirse la cláusula de devolver el coche con el depósito lleno, sino que se aplica una tasa por kilómetro recorrido que después se cobra al cliente, lo cual tiene sentido cuando se trata de usos dinámicos y cortos en ciudad.

Limitaciones del “Car Sharing” actual

Sin embargo la duda es evidente ¿Supone el servicio que prestan estas empresas una alternativa real a la movilidad individual en vehículo privado en las ciudades? La realidad es que, a día de hoy, estas empresas se encuentran aún con problemas que les restan competitividad y cuya solución no es fácil.

Uno de los principales es el de la redistribución de la flota de coches. Para que la flota sea siempre accesible y eficiente lo ideal es que los coches estén siempre donde más se los necesita, pero eso puede no ser fácil de conseguir cuando éstos mismos se emplean para ir de A a B (Por ejemplo del aeropuerto de una ciudad al centro de la misma). La redistribución de una flota de bicicletas de alquiler es

Uno de los principales problemas es el de la redistribución de la flota de coches

relativamente sencilla y una furgoneta puede recolocar docenas de bicis en un solo viaje pero, ¿y los coches? Esta operación no resulta tan sencilla, y por ello en la mayoría de los casos se nos obliga a devolver el coche a la misma estación de la que lo hemos cogido, lo cual resta mucha funcionalidad al servicio. Quizá la tecnología de los coches autónomos aporte mucho a este aspecto, pero no parece que pueda ser a corto plazo.

Por otra parte el sistema de acceso y uso del vehículo no es tan veloz como el de un sistema tipo “Bicing” de Barcelona o Zaragoza. Aunque las empresas han tratado de agilizar el proceso y se puede hacer de un modo rápido, la inmediatez que ofrece la posibilidad de llegar y coger el coche como se hace con una bicicleta no está conseguida por ninguna de ellas todavía. De esta manera, la elección “instantánea” descarta al “Car Sharing” en favor de otros modos de transporte.

En la actualidad, tal y como está planteado, las empresas de “Car Sharing” ofrecen una interesante alternativa a los vehículos de alquiler convencional o incluso al taxi. Sin embargo no parece que puedan hacer mucho por reducir el número de turismos particulares que circulan por las ciudades ya que en la ecuación dinero – tiempo – flexibilidad de uso, para desplazamientos casa – trabajo o similares apenas ofrece ventajas respecto a otros medios y modos de transporte más instalados en nuestros hábitos.

Algunas ventajas del “Car Sharing”

Sin embargo las expectativas para las grandes ciudades son crecientes y podríamos estar al principio de un nuevo fenómeno en la movilidad del futuro próximo en la que habrá muchas alternativas diferentes. Zipcar proclama que cada coche de su flota retira 20 coches particulares, mientras que en Autolib se contentan en decir que cada uno de sus coches hace el trabajo de 7 coches particulares. Se estima que a medio plazo el 10% de la población podría dejar de tener coche particular para incorporar el “Car Sharing” a su “menú de movilidad”. Teniendo en cuenta que en el mundo hay actualmente unos 1000 millones de coches en el mundo, de los cuales en torno a 300 están en Estados Unidos y casi otros tantos en la Unión Europea, la aportación del coche compartido podría suponer retirar de la circulación cerca de 60 millones de coches, con sus correspondientes emisiones de CO2, resíduos, consumo de petróleo y espacio necesario en las ciudades.

Algo que puede no ser una revolución por si misma, y que está lejos de la futurista visión de Mitchell,  pero que sí puede ser uno de los pilares sobre los que pivote un nuevo modelo de movilidad en el mundo.

Fuente: Zipcar  |  Car2Go  |  DriveNow  |  Autolib  |  Cochele  |  HelloByeCars  |  CityUs  | Moveiter | Ozone Drive

Fotografías: Daimler Media | Zipcar Press | Autolib Presse
En Tecmovia: Pero, ¿habrá coches en el futuro? | Nostalgia del futuro. Las ciudades en 2030

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