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Hackers del vehículo eléctrico: ¿Piratear nuestro coche en busca de más autonomía?

Si una nueva puerta ha abierto la llegada de los vehículos híbridos y eléctricos, es la masificación de los componentes y controles electrónicos. Una serie de entramados que se nutren de un acumulador de mayor o menor tamaño para gestionar y emplear la carga en función de las demandas que hagamos de la energía acumulada. Salvando las diferencias, un coche eléctrico puede llegar a compararse a un smartphone de los que guardamos nuestros bolsillos, entonces… ¿Por qué no hackearlos para adecuarlos a los gustos y necesidades de los propietarios como se hace en cualquier rama de la electrónica?

Los primeros cambios realizados mejoran los tiempos de carga y añaden más autonomía añadiendo más baterías al sistema

Como todo en esta vida, resulta que el vehículo eléctrico que fabrica «x» compañía ofrece «x» autonomía, por lo que rápidamente surge algún propietario que se cuestiona si esta cifra podría ser más o emplearse de un mejor modo. Esta cuestión nos lleva a una verdad que entiende que el vehículo eléctrico sufre los hábitos de conducción tanto o más que las mecánicas convencionales, por lo que adaptar su gestión a cada usuario puede mejorar el comportamiento del coche y sus prestaciones en relación al uso que se le pretende dar.

¿Si se puede hackear un smartphone, por qué un coche eléctrico no?

No pretendo llevar a cabo una defensa de que quien se compre un vehículo eléctrico se ponga de inmediato a trastear más allá de donde está permitido. Pero si en la actualidad, al comprar un teléfono móvil de última generación, son muchos los que en menos de dos horas ya cuentan con un sistema operativo hackeado, optimizado y customizado según sus preferencias, ¿Por qué un coche eléctrico debería ser diferente?

Aquí nos encontramos con grandes dificultades para el usuario no experto, uno de los inconvenientes más importantes sería la cancelación de la garantía ya que, al modificar cualquier parámetro o componente estamos llevando a cabo un cambio que afecta al funcionamiento del vehículo. Por lo que en caso de avería, nos tendríamos que contentar con una factura de más de tres cifras por seguro, o un pisapapeles de tamaño industrial acumulando polvo en el garaje hasta que consigamos dar con la tecla de que es lo que falló en nuestro intento de mejora.

Las primeras mejoras añaden autonomía y reducen el tiempo de carga

En este tipo de modificaciones llevadas a cabo por usuarios para mejorar sus vehículos eléctricos, parece que el Nissan Leaf se ha convertido en el paciente perfecto. Entre las mejoras llevadas a cabo por algunos usuarios ha trascendido una modificación que reduce el tiempo de recarga efectuando ciertos cambios en el cargador del vehículo original. De este modo el cargador que en los EE.UU. funcionaba con 120 voltios, después de la modificación pasa a trabajar con 220 voltios.

El juego con los voltajes e intensidades de los cargadores puede arrojar grandes mejores, aún así hay que tener en cuenta que la complejidad de los sistemas es muy alta

Por otro lado, y tratándose de otra modificación del propio cargador del vehículo, otro propietario norteamericano decidió modificar el citado cargador del Nissan Leaf para poder pasar de los 3,3 kW originales hasta los 6,6 kW que le permitían obtener una recarga del 80% en un tiempo de dos horas. Esta modificación además se centraba en las primeras unidades del Leaf que llegaron al mercado y que veían imposible la opción de mejora que el propio fabricante introdujo en el modelo con el paso del tiempo.

Ahora ha sido la empresa norteamericana Enginer, dedicada a la modificación de vehículos como el Toyota Prius para convertirlos en híbridos enchufables una vez han abandonado el concesionario, la que ha puesto sus ojos en el Nissan Leaf para ofrecer un pack adicional de baterías que pueden sumar desde 4 kWh hasta 12 kWh a los 24 kWh que ya es capaz de almacenar el eléctrico nipón.

La clave llegará cuando se pueda modificar el software de gestión

Aunque las mejoras existen y se pueden llevar a cabo, el factor a analizar es el precio de dicha mejora y si su impacto en la garantía merece la pena

Esta serie de mejoras por el momento se centran en leves modificaciones en la mayoría de los casos para aumentar la autonomía o reducir los tiempos de carga. La cuestión será el modo en el que este concepto evolucionará para convertirse en lo que hoy en día conocemos como reprogramación de centralitas y módulos de control de motor. El abanico de parámetros y cualidades que ofrece la propulsión eléctrica es mucho más amplio que el de la mecánica convencional por lo que sus posibilidades podrían ser también muy altas.

La clave de esta serie de mejoras llegará en el momento en el que el apartado de software y gestión pueda ser completamente manipulado, un aspecto que parece que llegará más pronto que tarde viendo el interés de la industria «aftermarket». La problemática residirá entonces en conseguir mejorar la eficiencia del vehículo, algo que a través de ciertas modificaciones en los parámetros de control y en la gestión, propiciará poder adaptar el vehículo a condiciones muy específicas, sacando lo mejor del sistema eléctrico según se requiera por parte del propietario.

Fuente: AutoblogGreen | Automotive News | Enginer
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