El termino de coche conectado ya no nos es para nada un concepto difícil de ubicar en la industria del automóvil. La adopción del término coche conectado no sólo implica posibilidades desde el prisma del ocio en el interior, sino que aporta un abanico de soluciones que hablan de seguridad y de eficiencia en un grado que no sólo nos repercutirá a nosotros, sino que ofrecerá un bien colectivo.
Los fabricantes en su conjunto están apostando por convertir a los vehículos, sean del tipo que sean, en un punto de conexión dentro de una red igual que puede ser cualquier dispositivo inteligente a través de su conexión a internet. Sin embargo, este nuevo concepto aplicado al automóvil ofrece igual número de beneficios que de inconvenientes, pues lamentablemente se da pie a que lleguemos a ese punto de inseguridad donde no se sepa quién pueda estar al otro lado.
El coche conectado apuesta por una red de redes para vehículos e infraestructuras
Sin querer ofrecer una visión apocalíptica de todo cuanto supone el término conectado, es ineludible volver a mencionar aquello que rezaba que la red no conecta, sino que atrapa. En la actual sociedad de la información, es mucho el tráfico de información vital que se lleva a cabo bajo filtros no autorizados o visores no muy recomendables, esa información aplicada al automóvil puede suponer grandes problemas a la hora de implantar un protocolo de comunicación entre vehículos e infraestructuras.
Son muchos los protocolos que se están pretendiendo implantar de cara a garantizar un único estándar lo suficientemente capaz y seguro como para soportar el volumen de información que podrá ser generado en cualquier punto de circulación.
Car2Car, Car-2-X, empleo de WiFi o WiFi Direct… multitud de opciones las que se están barajando, pero llegados al punto del compromiso con la privacidad y el cifrado, la tecnología muestra un punto crítico que todavía resulta insalvable de cara a una aplicación a gran escala como estándar definido por la industria.
Coches y semáforos que hablan entre ellos, ¿Hay alguien más ahí?
Como ejemplo, es fácilmente imaginable un punto de la circulación cotidiana donde en la ubicación de un cruce cientos de coches puedan intercambiar caminos de ida y vuelta en tiempo récord gracias a la coordinación desarrollada a través de una comunicación previa y a todos los vehículos que nos rodean. Si a esta situación añadimos una vulnerabilidad que permita el acceso por parte de cualquier malintencionado, la magnitud de las posibles repercusiones negativas puede ser incalculable.
Es por ello que la comunicación entre vehículos vive ahora un punto de maduración de sus principios más básicos como son la seguridad, pues en capacidad y tecnología ya ha demostrado que las bondades son muchas y de amplia repercusión.
El desarrollo de estas tecnologías de comunicación aplicadas al automóvil permitirá dibujar un tráfico más seguro y eficiente, todo ello gracias a una red donde fluya la información en sentido bidireccional entre usuario y red. La seguridad y estandarización serán la última barrera a vencer de cara llevar a cabo una implantación a gran escala de la comunicación V2V.
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