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Volvo trabaja en el desarrollo de un híbrido y/o eléctrico para el segmento B

El fabricante sueco Volvo está buscando la fórmula y el socio colaborador que le permita fabricar un vehículo de reducido tamaño situado en el segmento B que además emplee un sistema de propulsión híbrida y/o eléctrica entre sus grandes argumentos de ventas. Se trata de una línea que persigue Volvo en su afán por recortar emisiones como fabricante de cara a garantizar el cumplimiento con los 95 gramos de CO2 que exige Europa para 2020.

Uno de los grandes recursos que posee Volvo para llevar a buen puerto esta empresa no es otro que su capacidad tecnológica y sus últimos desarrollos en propulsión híbrida enchufable y propulsión eléctrica a baterías. En ambos campos, Volvo cuenta con una posición aventajada donde ha sabido apostar por novedades muy por delante de lo que se conoce en el sector. Por un lado encontramos el sistema FlyWheel KERS para sistemas híbridos y por otro tenemos la inclusión de un cargador interno de 22 kW para coches eléctricos que tan sólo necesita 1,5 horas por cada carga completa.

Volvo se ha convertido en referencia en propulsión eléctrica

La capacidad tecnológica del fabricante se da entonces por más que sugerente a la hora de encontrar un socio colaborador que se embarque en una apuesta alternativa para el segmento B. El objetivo es fabricar una plataforma modular que se acompañe de una gama de propulsores muy parcos en consumos y emisiones, hecho que beneficiaría a Volvo para rebajar su media de emisiones como fabricante.

El Volvo V60 Plug-In Hybrid es en la actualidad el mayor referente del fabricante en tecnología híbrida enchufable. Este híbrido ya cuenta en su haber con un rotundo éxito que ha obligado a la compañía a reforzar los turnos de fabricación para cubrir la demanda existente. Además, en su fabricación encontramos otro de los grandes pilares donde Volvo pretende asentar su futuro a corto-medio plazo, una fabricación que hable de diseño modular y que permita la construcción de todas las variantes posibles de propulsión en una única cadena de montaje para reducir los costes asociados.

Huelga a decir que Volvo cuenta con una cartera de desarrollos y tecnologías muy atractiva a la hora de asaltar nuevos segmentos, más aún cuando dichos segmentos cuentan con una escasa repercusión a nivel de híbridos o eléctricos. Ubicar un modelo de muy bajas emisiones por debajo del actual Volvo C30 sería apostar por el segmento B, sin embargo no se puede descartar una plataforma que permita contar con diferentes modelos y carrocerías para los segmentos A y B. El futuro de Volvo habla de movilidad eléctrica y diseño modular, no cabe la menor duda.

Fuente: WCF
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