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Gasolina de 100 octanos fabricada con agua y CO2: ¿pronto en su gasolinera?

Cada vez estamos más convencidos de que, si queremos mirar con perspectiva a lo que nos depara el futuro, hemos de asumir que los combustibles fósiles tienen fecha de caducidad. Ya sea por el fin del petróleo, que aún parece muy lejano. Ya sea por el agravamiento de la problemática de la contaminación, a nivel local, y el calentamiento global derivado de los gases de efecto invernadero, a nivel global. Ya sea por la implantación de tecnologías, como la pila de combustible, o el coche eléctrico, en automoción; y las renovables en la generación de energía, que consigan que la extracción de petróleo sencillamente no sea la solución más rentable. Aún así, y según muchos analistas, hemos de asumir que en las próximas décadas los motores de combustión interna seguirán dominando el parque automovilístico mundial. ¿Y si pudiéramos sintetizar gasolina de calidad, «limpia», y sin depender del petróleo?

El gran problema de los combustibles sintéticos está en lograr que el proceso de producción sea escalable y viable en términos económicos y energéticos.

La dependencia del petróleo no solo ha de preocuparnos por asumir que algún día haya de agotarse, o por el impacto que conlleva en el medio ambiente su combustión, sino también por lo dependiente que es nuestra economía de su producción. No hay más que ver los movimientos que se están produciendo en las economías mundiales en los últimos días, y semanas. El petróleo es tan importante que incluso puede condicionar la toma de decisiones políticas de gran calado.

Sintetizar combustible de laboratorio, a priori, parece una solución milagrosa para muchos problemas. En cualquier caso, la mayor dificultad en estos momentos está en escalar el proceso, y en hallar un punto en que el coste económico y energético sea viable, y quizás se encuentre con el cenit del petróleo que predijo la teoría de Hubbert (ver Wikipedia).

La e-benzin de Audi y Global Bioenergies se produce empleando agua, hidrógeno, CO2 y energía solar.

En mayo del año pasado, Global Bioenergies anunciaba que había producido por primera vez su propia gasolina sintética, con el apoyo de Audi. Una gasolina, que Audi denominaría como «e-benzin», de 100 octanos, y completamente libre de sulfuros y bencenos, lo que garantiza una combustión muy limpia. Lo increíble, y prácticamente mágico para cualquier no iniciado, que podría pensar que detrás se esconde un ancestral truco de alquimia, es que la producción de este combustible se realice utilizando elementos tan comunes como el agua, el hidrógeno, el CO2 y la energía solar.

Evidentemente, el futuro de esta tecnología solo tiene sentido si se cumplen varias condiciones. La primera de ellas, que su producción sea escalable y que se puedan producir cantidades suficientes para el suministro de automóviles, o de la industria. La segunda, que sea un proceso energética y económicamente viable. No tiene sentido que la producción de una cantidad ínfima de combustible requiera ingentes cantidades de energía. La clave del proceso que habría iniciado Global Bioenergies estaría precisamente en que la producción de e-benzin empleará energías renovables, y que en ese proceso además se eliminará CO2 para conseguir la neutralidad en su efecto invernadero (es decir, las emisiones que conlleva la combustión de esta gasolina de laboratorio ya se habrían neutralizado en su producción).

Otra de las claves, y de los aspectos que más importan a los desarrolladores de esta tecnología, es la garantía de que su gasolina de laboratorio estará libre de los problemas que hasta ahora encontrábamos en otras alternativas al petróleo, como los biocombustibles. En gran problema de estos últimos no es otro que su elevada dependencia de materias primas orgánicas que pueden ser empleadas como alimento. Que los alimentos compitan con la energía, y en este caso los combustibles, es un problema enorme, especialmente para naciones y poblaciones con riesgo de hambruna.

Audi ha firmado un nuevo acuerdo para estrechar su relación con Global Bioenergies y facilitar que comience la producción en grandes cantidades de su combustible sintético.

¿Hay futuro en esta e-benzin? Mientras Audi ya está probando los primeros combustibles sintéticos de Global Bioenergies, hace unos días se confirmaba que la marca de los cuatro aros había refrendado un nuevo acuerdo para involucrarse aún más en el proyecto, y facilitar que Global Bioenergies comience la producción a gran escala de este combustible. Antes de que termine el año, Global Bioenergies ya espera haber suministrado grandes cantidades de combustible sintético a Audi.

Aún es difícil pronosticar cuando comenzará la distribución de este combustible sintético, de esta gasolina de laboratorio. Audi también está trabajando en otras soluciones, como la producción de su e-diesel. En cualquier caso, no te quepa la menor duda de que más allá del hidrógeno y el coche eléctrico, los combustibles aún tienen futuro gracias a investigaciones como esta.

Fuente: Audi | Global Bioenergies
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