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Híbridos

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El día que un SUV de 35.000€ me enseñó que los deportivos híbridos "asequibles" del futuro no pintaban tan mal

Hace unos días viajaba a Valencia para ponerme tras el volante del renovado Mitsubishi Outlander PHEV, un SUV con una mecánica híbrida enchufable, una buena imagen, un buen equipamiento y sí, un buen precio, pero ¿qué demonios tiene que ver esto con un deportivo? La hibridación, al igual que las mecánicas turbo, las plataformas modulares y el downsizing ha llegado para quedarse y he de reconocer que cada vez veo con mejores ojos la idea de un deportivo híbrido enchufable y no no hablo de exageradas opciones de la talla del McLaren P1 y compañía sino de opciones aptas para el común de los petrolheads, de los GT 86 del futuro, de la próxima generación del Miata, de los compactos prestacionales que sucederán a los actuales.

El Volkswagen Golf GTE, el Honda NSX y el BMW i8 son por ahora las únicas opciones reales de deportivo híbrido enchufable

Un conjunto híbrido puede ofrecernos ventajas más allá de los consumos. Piensa en el reparto de pesos, la entrega de par o como los motores eléctricos pueden dar paso a un sistema de tracción total

Los actuales deportivos son cada vez más válidos para el día a día y nuestro día a día ya pasa por restricciones al tráfico de la que, al menos por ahora, se pueden librar los híbridos enchufables. Aparcamiento gratis, la posibilidad de circular por zonas cerradas al tráfico convencional… imagina que quieres salir a cenar con tu deportivo y es un día que, debido a los altos niveles de contaminación, han restringido el tráfico.

Podríamos hablar del peso adicional de las baterías. Vale sí, es innegable que para contar con una buena mecánica híbrida enchufable debemos contar con todo un amplio despliegue de baterías, pero por suerte el desarrollo de nuevos materiales está permitiendo reducir el peso de los coches para equilibrar esto y por otro lado la distribución de pesos nos da la posibilidad de conseguir un mejor reparto de pesos y bajar el centro de gravedad.

Lo que no os puedo rebatir es la complejidad mecánica. El encanto de la sencillez mecánica de un propulsor atmosférico es algo que ya prácticamente hemos perdido y que en los próximos años perderemos del todo. Eso sí que se merece nuestro duelo.

El BMW i8 ya fue capaz de convencerme, ahora queda trasladar el concepto a un par de segmentos por debajo, a los BRZ a los Miata del futuro más próximo.

Por ahora, más allá del Volkswagen Golf GTE y del trio del LaFerrari, el McLaren P1 y el Porsche 918 Spyder sólo nos encontramos con el nuevo Honda NSX y el BMW i8 como opción híbridas enchufables de vocación deportiva, pero pensemos en un coupé de tamaño medio, un especie de Toyota GT 86 acompañado de un sistema híbrido y en su capacidad para ofrecernos en el día a día la dualidad de una conducción económica y confortable y deportiva, con un buen sonido y prestacional cuando así lo demandamos.

Disfrutar de las ventajas de un coche eléctrico durante la semana en nuestros trayectos habituales y disponer de un deportivo el fin de semana con la ventaja de contar de una entrega de par inmediata a la salida de las curvas.

Sí, la idea de un deportivo híbrido enchufable por debajo de los 100.000 euros dista bastante de ese Porsche Cayman GT4 del que recientemente me confesé enamorado en el artículo “Porsche Cayman GT4 (o como enamorarse de un coche en poco más de 24 horas)”, pero el regreso desde Valencia a Madrid tras bajarme del Mitsubishi Outlander PHEV lo pasé dándole vueltas a la idea de como sería mi día a día con un deportivo movido por una mecánica de este tipo… y reconozco que no me disgusta la idea.

¿Pecamos de ser excesivamente nostálgicos los aficionados al motor?

El BMW i8 ya me sorprendió muy gratamente y me puso en la difícil tesitura de tener que escogerlo frente al Porsche 911 a golpe ya no sólo de una imagen espectacular, sino también de gratas aceleraciones, de un buen paso por curva y una experiencia de uso diaria muy reconfortante. Tengo ganas de ponerme tras el volante del nuevo Honda NSX y ver de que es capaz, ver si es capaz de emocionarme.

Soy un petrolhead, un “quemado” y no me da miedo la idea de un deportivo híbrido enchufable.



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Mario Herraiz

Apasionado del motor, llevo sobre ruedas desde que a los 14 años me monté encima de una moto. Después llegaron los coches, la afición por la fotografía y más tarde el periodismo y con ello la posibilidad de convertir mi pasión en trabajo. Seguir leyendo...

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