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Prueba Maserati Levante S 430 CV: del circuito al fin del mundo

Maserati ha decidido adentrarse en el mundo de los SUV por primera vez en su historia, una apuesta tan arriesgada como ambiciosa que se salda con la creación del Maserati Levante. Aunque la historia de la firma italiana nos ha demostrado que la deportividad puede asociarse incluso a grandes berlinas, adentrarse en los vehículos todoterreno es ir mucho más allá. Comportamiento, prestaciones y sensaciones, esas son las promesas del nuevo Maserati Levante, y hoy las ponemos a prueba en su versión de 430 CV de origen Ferrari.

El Maserati Levante S ofrece carácter y agilidad, además de un V6 Twin-Turbo que pide mucha guerra

Los Porsche Cayenne Turbo y Range Rover Sport SVR que ya hemos probado nos han demostrado que existen los SUV de altas prestaciones. Coches muy pontentes y asombrosamente rápidos, tanto como para atreverse a marcar tiempos en circutos como Nürburgring. Por el momento, Maserati no ha comunicado intenciones de llevar al Maserati Levante hasta el circuito, pero tras esta primera prueba ya podemos adelantarte que no sería una idea descabellada…

El objetivo de Maserati con el lanzamiento del Maserati Levante es crecer de forma drásticas en volumen, respondiendo así a la demanda de un mercado que prefiere antes hacerse con un SUV que una berlina tradicional. Aunque el Maserati Ghibli supuso un importante crecimiento de las ventas de Maserati, el Levante hará honor a su nombre y se convertirá en un soplo de aire que atraerá a muchos nuevos clientes, siendo muchos de ellos anteriores clientes de marcas como Porsche o BMW.

En estos momentos, el Maserati Levante ofrece una gama con 3 mecánicas, todas con 3 litros y en configuración V6 Twin-Turbo. Encontramos una opción diésel de 275 CV, una versión gasolina de 350 CV y una opción de corte aún más deportivo de 430 CV que da vida a la denominación Levante S – la que estamos poniendo a prueba -. En todas las versiones, la tracción total con reparto electrónico del par y el cambio automático de 8 relaciones es de serie, dejando en la puesta a punto las diferencias de comportamiento.

Aunque Maserati ha comunicado que por el momento no hay intentención de ofrecer ninguna variante de mayor potencia, o incluso con una mecánica V8, lo cierto es que el Maserati Levante viene preparado para domar muchos más caballos. Los 430 CV que hemos probado nos han demostrado que el Maserati Levante S es un coche diseñado para convencer incluso a los más exigentes, encontrando un chasis sin reparos para dar rienda suelta a 500 o más caballos de potencia. ¿Nos sorprenderá Maserati con un Levante aún más potente? Yo no lo descartaría.

Pese a ser un SUV, el Levante S sorprende por unas cualidades dinámicas muy similares a las de una berlina

Recuerdo la prueba del Maserati Ghibli S en similar configuración con 410 CV, dejándome un magnífico sabor de boca al ofrecer un carácter muy definido donde una berlina deportiva lo es por cuanto transmite, no por su ficha técnica. Esa misma sensación es la que he encontrado al volante del Maserati Levante S, y es que a grandes rasgos podría decir que el planteamiento del Levante está tan conseguido que te hace pensar que estás conduciendo un Ghibli, sólo que tu puesto de conducción está ahora unos centímetros más lejos del suelo. Aunque resulte extraño, la agilidad es una de las grandes cualidades del Maserati Levante, algo casi imposible de ver en este tipo de SUV y que por seguro agradecerán los clientes que estén pensando en un SUV de altas prestaciones. Es más, recomiendo la prueba combinada de Ghibli y Levante para comprobar en persona el trabajo de puesta a punto del SUV para alejarse de los típicos problemas que ofrece cualquier Crossover o SUV en conducción deporiva.

Para probar el Maserati Levante S decidí acudir a la misma carretera que nos sirvió como escenario con el Range Rover Sport SVR. Una carretera revirada y exigente que saca a relucir rápidamente las bondades y defectos de un vehículo. El Maserati Levante S es rápido, y para muestra su hoja de especificaciones, pero como muchas veces hemos comentado, a la hora de hablar de coches deportivos, no sólo basta con ofrecer buenos números, sino que el fabricante ha de esforzarse en que el automóvil transmita su carácter y reacciones para imprimir en nosotros esa sensación de deportividad. Y en efecto, pese a estar a los mandos de un SUV, el Maserati Levante S hace gala de un espíritu muy racing.

Su grupo motopropulsor no es el de cuaquier todoterreno, y es que aunque su carrocería es la de un SUV, bajo su piel se esconde un sistema que bien podría valer para dar vida a un deportivo listo para correr en circuito. El propulsor 3.0 V6 Twin-Turbo hace gala de una respuesta excelente, plena y muy contundente. Esta mecánica emplea dos turbocompresores de tipo Twin-Scroll que consiguen que el lag sea mínimo, sobre todo en modo Sport. Es un propulsor noble conduciendo relajado, pero esconde un punto rabioso cuando exprimimos el acelerador que es lo que le hace resaltar sobre otros V6 disponibles en el mercado.

Para domesticar esos 430 CV, el Maserati Levante S emplea una transmisión automática de 8 relaciones por convertidor de par firmada por ZF. Hablamos de un cambio rápido, obediente y muy eficaz en el manejo secuencial. Exigiendo el máximo, el cambio ejecuta nuestras órdenes de forma instantánea, contando además con dos grandes levas fabricadas en aluminio tras el volante que facilitan mucho la conducción deportiva.

Pero la clave del Maserati Levante S la encontramos en la combinación de dirección, suspensión y tracción total. Enlazar curvas siendo agresivos con la dirección no es problema para el Levante S, y es que es justo en ese momento cuando ofrece un comportamiento más propio de una berlina que de un SUV. El agarre es sorprendentemente bueno siendos agresivos, y aunque hablamos de un SUV que prioriza la tracción sobre el tren posterior con un envío del 100% del par en condiciones normales, a la hora de garantizar tracción – y sólo en ese momento – es cuando el tren delantero entra en escena para contener el posible sobreviraje. El trabajo de dirección y suspensión consiguen que las masas del Maserati Levante parezcan menos, dando un plus de confianza rodando al límite y sin penalizar el feedback sobre qué sucede bajo nuestros pies. Esa idea de agilidad es quizás el punto que más valoro en el Maserati Levante S, pues es algo que no esperas de un SUV de estas dimensiones.

En conducción deportiva, el Maserati Levane S es un coche que implica al conductor, algo difícil de encontrar entre las berlinas, y casi imposible de ver en un SUV. El subviraje es mínimo, y es fácilmente controlable con el acelerador, permitiendo así sacarte una sonrisa en cada curva… de hecho el Levante S comparte con el Ghibli esa puesta a punto que te hace jugar con la trasera, siendo un coche que invita a devorar curvas sin contemplaciones, literalmente. La tracción total, partiendo de esta filosofía, es un añadido lógico actuando sólo cuando de verdad necesitamos ayuda para domesticar los 430 CV.

En esta ocasión me he permitido el lujo de ir aún más rápido y por más tiempo, pero es que con el Levante S he alcanzado ese grado de confianza, y es justo esto lo que me lleva hasta mis conclusiones sobre el Maserati Levante S. En Maserati sabían que fabricar un SUV bajo el escudo del tridente no podía ser sólo cuestión de una buena hoja de prestaciones, y por ello desarrollaron una plataforma específica cuyo ADN habla sin tapujos de deportividad. ¿Resultado? El Levante S es un SUV, pero es un coche con alma y carácter, donde además encontramos un diseño único aderezado por uno de los mejores V6 que existen en el mercado.

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