Si quieres que tu Mercedes-AMG GT R luzca el tono verde, el AMG Light Green Magno, que Mercedes ha empleado para las fotos de lanzamiento, para los comunicados, para los vídeos... tendrás que desembolsar 10.900 euros, un importe que convierte automáticamente a esta pintura en uno de los extras más caros, más incluso que los frenos carbocerámicos (que cuestan 10.470 euros) o más que el paquete exterior de fibra de carbono (que cuesta 6.270 euros).
Un generoso desembolso a sumar a los 196.150 euros que cuesta el AMG GT R, 49.000 euros más que el Mercedes-AMG GT “normal”, de 476 caballos y 27.000 euros más que el Mercedes AMG GT S, de 510 caballos y ya con una parte ciclo más afinada que la del AMG GT “normal”.
Recordemos que esta alternativa pone sobre la mesa una versión de 585 caballos del V8 Biturbo, con una puesta a punto revisada para sus suspensiones, con nuevos refuerzos para el chasis, unos neumáticos de altas prestaciones calzando sus llantas y una aerodinámica revisada de la que buena constancia deja ese nuevo alerón.
¿Pagarías cerca de 11.000 euros para que tu AMG GT luzca como si fuera del portivo favorito de Hulk? Otra opción es pagar también otros cerca de 11.000 euros para lucir ese amarillo tan característico y que, sea dicho de paso, tan bien le sienta al AMG GT, el mismo tono de amarillo que lucía el AMG GT S del que buena cuenta dimos en el artículo “Mercedes-AMG GT S a prueba: 510 caballos para vencer al rey, para destronar al Porsche 911”.