La tristeza materializada es este BMW M1 del año 1981, con sólo 682 kilómetros
Los superdeportivos son máquinas de alta tecnología, diseñadas para soportar altísimas fuerzas y realizar un paso por curva asombroso. Algunos, sin embargo, prefieren tratarlos como instrumentos de inversión. Un instrumento de inversión cuyo valor está ligado bien a su rareza, a su significancia histórica - pedigrí en competición o dueños memorables - o a su kilometraje. Este último caso es el más triste, y es el que nos atañe hoy: