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La pesadilla de Lola; otro récord australiano

¿Os acordáis de Lola? No, no hablamos de la vecina del quinto que os gustaba cuando hacíais cuarto de primaria… nos referimos al constructor de coches de Fórmula 1, dirigido por Eric Broadley, que después de años de historia con la categoría fabricando máquinas para otros decidió entrar en la categoría reina con su propio equipo. Y la cosa… no acabó de salir bien.

El equipo MasterCard Lola lo tenía todo listo para entrar en la Fórmula en 1998. Bueno, de hecho no tenía prácticamente nada, de ahí que su intención fuera prepararlo todo durante 1997 pero sus patrocinadores y en particular MasterCard presionaron para que estuvieran ya en pista ese año. De esta forma, Lola se lanzó a la aventura cerrando los ojos y gritando «banzai» en 1997.

Con Riccardo Rosset y Vincenzo Sospiri en el equipo, intentaron clasificarse con un coche basado en su máquina del a IndyCar. El T97/30 nunca pisó un túnel de viento y cuando llegó a Melbourne los coches marcaron tiempos a 11 y 12 segundos de la pole. Demasiado lentos, no se les permitió salir a carrera. El equipo volvió a Europa para prepararse para el Gran Premio de Brasil, segundo evento del año.

Rodaron en Silverstone, mejoraron un poco y viajaron a Interlagos. Una vez allí, se retiraron por «problemas económicos y técnicos». Resulta que MasterCard retiraba su apoyo y eso obligaba al equipo a restructurarse si querían seguir adelante. Pero no había dinero y el coche tampoco era competitivo. Con los demás patrocinadores marchándose en cuestión de días, el equipo quedó sin esperanzas… y se acabó. El intento de Lola en Australia supone el último intento infructuoso de un equipo de entrar en la Fórmula 1. ¡Vaya!

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