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Corvette Racing permanece en una encrucijada

Se veía venir al no advertirse coordinación en General Motors para con sus programas deportivos. Aunque ahora mismo Corvette Racing tiene presencia tanto en la IMSA como en el WEC, lo cierto es que el ACO no apunta a extender la división GTE-Pro más allá de este año, ha puesto como condición la presencia de dos fabricantes y al menos cuatro coches en la clase para seguir, y Corvette apenas tiene uno. Desde Ferrari y Porsche han desestimado continuar con programas de fábrica para sus GT ya que sus planes en el WEC se orientan a la clase principal, relegando a los clientes la responsabilidad de gestionar los GT, tal como sucede en las categorías GT3.

Actualmente Corvette Racing opera un C8. R en la clase GTE-Pro del WEC, con Tommy Milner y Nick Tandy como pilotos, en tanto en la clase GTD Pro de la IMSA compite otra unidad similar tripulada por Antonio García y Jordan Taylor. Los cuatro coches amparados por un programa de fábrica que cuenta con el aval de la empresa Pratt & Miller. Toda esta estructura no se va a poder mantener en el futuro porque el WEC se orienta hacia la clase GTE-Am y para llegar a ese punto se requiere una transformación que va a perjudicar directamente a todos los involucrados.

También se debe considerar que, a diferencia de sus rivales en la clase GTE-Pro, Corvette Racing no mantiene filiación con el programa LMDh de Cadillac que está a cargo de Chip Ganassi Racing. En este caso se presenta una disyuntiva para General Motors debido a que deberá apoyar a dos proyectos norteamericanos para competir en el WEC a partir del año que viene, lo que representa un problema logístico y de inversión de recursos. Sin duda hay muchas interrogantes en torno a Laura Wontrop Klauser, encargada de los programas deportivos de General Motors, puesto que a estas alturas ya debería haber tomado sus previsiones para lo que le viene encima.

A diferencia de Ferrari, Porsche, Lamborghini, BMW, Aston Martin, Mercedes y Acura; Corvette no posee un programa para clientes porque todavía no tiene una versión GT3 disponible del C8. R, ni hablar de lo que se requiere para conceder respaldo a pilotos y equipos privados. En la IMSA la organización concibió la clase GTD-Pro para mantener a Corvette Racing en las pistas debido a su fidelidad, impacto comercial y lo que representa para el deporte motor norteamericano, pero tal consideración no abarca al WEC y justamente el programa requiere mantenerse en Europa para competir en las 24 Horas de Le Mans. A los responsables de Corvette Racing les espera una segunda mitad de año bastante compleja puesto que deberán moverse muy rápido si deciden trasladarse a la clase GTE-Am para 2023.

En palabras de Laura Wontrop Klauser:

No lo hemos comunicado oficialmente, pero estamos explorando todos los diferentes caminos. Realmente nos gustaría estar en Le Mans de nuevo: eso es parte del ADN de Corvette. Solo necesitamos entender los cambios que están produciendo, lo que eso significa y cómo tendríamos que reaccionar. Se supone que debemos obtener cuál va a ser la estructura de las clases en Le Mans.

Vía | Sportscar365

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