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El motorsport no es fácil: Daisuke Nakajima y Richie Stanaway se retiran de la competición

El mundo de las carreras es mentalmente duro y si no se alcanzan los resultados deseados las consecuencias anímicas que conllevan rendir a un nivel insatisfactorio pueden ser destructivas. Cada vez hay más competiciones y variedad mecánica en un deporte difícil para la cabeza además de para el físico. No todos los trabajadores del motorsport responden igual a la presión, incluyendo unos pilotos cuya máxima responsabilidad al volante no solo implica la voluntad de la velocidad sino el reflejo del esfuerzo previo del equipo.

Hoy han anunciado su retirada dos pilotos jóvenes, en una edad de relativa frescura pero con distintas acciones ante el futuro de incógnita. Son Daisuke Nakajima y Richie Stanaway, dos pilotos de ambiente regional que llegaron a probar suerte en Europa durante determinados periodos de tiempo antes de buscar oportunidades cerca de casa o en otros campeonatos internacionales. Ambos dejan las carreras después de años discretos y con otros pensamientos, aunque los dos distintos: Nakajima minutos después de hacer una pole position sancionada en la Dream Race del Super GT y el DTM y Stanaway como último en puntos de los Supercars.

Nakajima es el hijo de Satoru y hermano de Kazuki, una de las estirpes más exitosas y conocidas del automovilismo nipón. El hermano pequeño cuelga el casco con 30 años después de una trayectoria llena de altibajos y escasos éxitos en comparación con el hijo mayor. Daisuke intentó el camino europeo con dos años poco fructíferos en la Fórmula 3 británica, permaneciendo el resto de la década en las dos principales disciplinas del motorsport japonés con el apoyo de Honda. Dos segundas posiciones en Super Fórmula y una pole position y un tercer puesto en la categoría de GT500 del SuperGT le avalan en su retirada.

Stanaway dio el salto a Europa al ganar la Fórmula Ford neozelandesa, venciendo más tarde el ADAC Formel Masters y la F3 alemana. Una lesión en la espalda tras un accidente en la Fórmula Renault 3.5 en 2012 no le impidió volver a través de los GT, dónde fue piloto oficial de Aston Martin mientras compaginaba sus esfuerzos en GP3 y GP2. El desgaste por la aventura europea le hizo volver Down Under, pero dos años insatisfactorios en dos equipos distintos de Supercars han hecho dejar con 28 años una carrera deportiva que ha definido en redes sociales como «corta pero en la que he llegado más lejos de lo que podía imaginar«.

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