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¿Genialidad táctica o pillada histórica? Cuando la 'trampa' no está en el coche

Muchas veces hemos hablado de las trampas que se han dado dentro del mundo del automovilismo, muchas de ellas con fines de mecánicamente ‘dopar’ el rendimiento de un vehículo para obtener cierta ventaja en competición. Sin embargo, hay otras muchas clases de trampas que se salen fuera de las modificaciones mecánicas no permitidas o del reglamento técnico. La más reciente de este último tipo ha llegado hace prácticamente unos días, cuando se dieron a conocer las penalizaciones adoptadas a posteriori respecto a los 1.812 kilómetros de Qatar, primera prueba puntuable para el WEC.

El Mundial de Resistencia había comenzado con polémica y con muchos cambios de posiciones una vez que la bandera a cuadros había ondeado sobre el cielo de Losail. El Cadillac perdía su posición dentro de los cinco primeros por no cumplir con las reglas técnicas en lo referente al chasis, pero quizás lo más jugoso era lo que le acompañaba. El equipo Vista AF Corse también resultaba penalizado en la categoría LMGT3. ¿Por qué? Atentos.

Al parecer, el delegado deportivo se dio cuenta que la estructura italiana tenía más personal técnico del permitido. Esto, que podría considerar un error o un malentendido, tuvo mucho más recorrido cuando se dieron cuenta que lo que había hecho Vista AF Corse no había sido el registrar a ese personal como técnicos, sino que todos ellos habían entrado formando parte del personal de no operativo. El engaño fue descubierto cuando el delegado se encontraba visitando las zonas técnicas y hospitalities de los equipos, allí se encontró con tres personas que estaban trabajando con tres ordenadores en “cuestiones técnicas relacionadas con los coches de competición, como los datos técnicos aerodinámico”.

No lo malinterpretéis, suele ser habitual ver a gente con portátiles trabajando en los hospitalities o siguiendo la carrera, muchas veces, incluso los periodistas encontramos allí un lugar de tranquilidad mientras esperamos a hacer una entrevista, pero estas tres personas en cuestión estaban trabajando con programas como MATLAB y Simulink, además de estar conectados a la red interna del equipo tal y como refleja el informe FIA.

Evidentemente, ninguno de los tres contaba con la pulsera rosa que identifica al personal operativo de los equipos, por lo que la situación llamó incluso más la atención del delegado que no dudó en preguntarles por sus labores dentro del equipo, a lo que ellos contestaron que eran responsables de marketing y comunicación. Inmediatamente se abrió una investigación y se llamó a declarar a Bati Pregliasco y Mauro Barbieri por parte de AF Corse y Ferrari para conocer la historia detrás de este suceso.

Las tres personas no se encontraban inscritas por AF Corse/Ferrari como personal operativo, algo que negaron desde el equipo: “con el argumento de que algunos de ellos no eran personal no operativo ya que eran ingenieros”, e incluso presentaron una segunda lista de personal no operativo en la que dos de los tres técnicos (los tres con capacitación de ingenieros) no aparecían, pero sí el tercero. En la defensa de Ferrari se dijo que el trío no había intervenido durante la carrera para ninguno de los coches LMGT3, sin embargo, comisarios rechazaron este alegato.

La FIA aplicaba entonces una multa económica de 60.000 euros, de los cuales, 30.000 tendrán que ser inmediatamente abonados y el resto queda en suspenso en caso de reincidencia en cuanto a infracción del Apéndice 7 del Reglamento del Mundial de Resistencia.

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