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¿Un tramo de rallyes en el Circuito de Spa-Francorchamps? Es incluso mejor de lo que imaginas

Es difícil decir algo del Circuito de Spa-Francorchamps que no se haya destacado ya. La pista belga se ha convertido con los años en una de las grandes referencias dentro del automovilismo europeo y cualquier campeonato que se precie pelea por tener al menos una cita sobre su asfalto, sabedor de que las carreras que se disputan allí cuentan siempre con una buena dosis de acción, drama y espectacularidad. Fórmula 1, Mundial de Resistencia o las emblemática 24 Horas de Spa nos dejan cada edición una avalancha de imágenes que se quedan grabadas en la memoria de todo aficionado en lo que sigue siendo una pista hecha únicamente para valientes.

Aún es más difícil imaginar a Spa-Francorchamps en una configuración incluso más difícil que una pista en la que en un día de verano, el río que pasa por debajo de una de sus secciones más emblemáticas baja de un tono rojizo que parece llamar a la guerra. Sin embargo, sí es posible y ha sido la a veces diabólica mente de los organizadores de rallyes la que ha conseguido un itinerario que siembra el pánico entre todos sus participantes, pánico que se convierte en disfrute masoquista para estos locos pegados a un volante.

No es la primera vez ni mucho menos en que os hablamos de la disputa de este tipo de pruebas en Spa. Lejos de ser un Circuit Rally o un Rally Show como el de Monza, la pista belga se convierte en una mezcla de tramo irlandés y de superespecial ancha (en el pasado también se utilizaron otras pistas como Silverstone o Estoril para dicho menester) para trasladarnos a todo un espectáculo para los sentidos con la comodidad y accesibilidad de una pista de carreras y la presencia de difíciles tramos en los bosques cercanos cubiertos de hojarasca y de un espeso barro.

La lista de inscritos una vez más le hizo justicia cuando se disputó la edición 2018 hace dos fines de semanas como segunda cita del potente Campeonato Belga de Rallyes. Aquí los R5 tuvieron mucho que decir a pesar de la presencia del Porsche 997 GT3 de Patrick Snijers y una unidad del Abarth 124 R-GT. A pesar de lo delicado de las condiciones, el veterano piloto belga consiguió llevar el deportivo de los de Stuttgart hasta la quinta posición. Desde luego, más allá de la utilización de secciones míticas como Eau Rouge o Blanchimont, hay que reconocer que los recovecos de Spa-Francorchamps, los viales y sus carreteras cercanas son una gran alternativa para hacer un rally muy accesible para aquellos aficionados a los que no les gusta demasiado desplazarse grandes distancias para ver distintos estilos de tramos.

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