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Walt Disney World Speedway, o cuando Disney creyó que era una buena idea tener su propio circuito

¿Se puede construir un circuito permanente y cerrarlo en menos de veinte años? Se puede. El ejemplo está en Florida, donde a mediados de los noventa el Indianapolis Motor Speedway y Disney creyeron oportuno construir un óvalo en los terrenos de Disneyworld. Conocido popularmente como el ‘Mickyard’, fue uno de los escenarios icónicos de la Indy Racing League en los primeros años de la escisión de los monoplazas norteamericanos pero hoy día ya no existe.

De hecho la IRL se estrenó allí en enero de 1996. Ante la ausencia de las principales figuras, aún alineadas con la CART, el campeonato de componía de pequeños equipos con viejos chasis y motores, pilotos veteranos y otros procedentes del mundo de la resistencia (como Fermín Vélez, que se ausentó en esa primera carrera pero en 1997 firmó allí su mejor resultado en IRL) o los óvalos de tierra (Tony Stewart). La minitemporada 1996 tuvo tan sólo tres carreras dado que la intención era acabar con la Indy 500 y ello permitió que el vencedor en el World Disney World Speedway, Buzz Calkins, se llevara también el título.

Pese a la importancia de este trazado en el establecimiento de la IRL, pronto se gastaría el amor como consecuencia de una serie de accidentes. Los monoplazas del certamen ya eran de por sí peligrosos al intentar seguir la línea del ‘pack racing’ que triunfaba en la NASCAR, pero este circuito pasará a la historia entre otra cosas por ser el lugar en el que Sam Schmidt quedó postrado a una silla de ruedas en el año 2000.

Ocurrió en un test pocos días antes de la última carrera de IRL en ese escenario. La IRL y Disney no llegaron a un acuerdo para renovar su presencia en el campeonato y poco a poco el circuito fue cayendo en el olvido, limitándose a albergar entrenamientos privados, tandas y cursos de conducción. Finalmente se demolió en 2015.

Foto | IndyCar Series

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