No es lo mismo un coche eléctrico, que un coche electrificado, y es por eso que el Audi RS Q e-tron que conduce Carlos Sainz en el Dakar 2022 hay que conocerlo en detalle para entenderlo y saber qué es lo que representa realmente en el mundo del automóvil y la competición. Los motores eléctricos son el futuro dentro y fuera de las calles, sin embargo el gran desafío sigue estando en cómo almacenar la energía que requieren para funcionar, y es ahí donde entra en escena la particular receta de Audi para crear un coche eléctrico, un eléctrico cuya energía también proviene de la gasolina.
El Dakar 2022 ha estrenado como gran novedad la categoría T1-Ultimate, o lo que es lo mismo, una nueva categoría diseñada para experimentar con nuevos sistemas de propulsión. Audi ha sido el primer fabricante en apostar por esta categoría, y dentro de las muchas opciones posibles para crear un coche bajo esta clase, la marca alemana decidió confiar en un sistema de propulsión eléctrico a baterías, aunque apoyado por un motor gasolina a modo de generador para conseguir tener el alcance suficiente para completar cada etapa del rally-raid.

Audi Q8 e-tron






¿Cómo funciona el Audi del Dakar en detalle?
Por lo tanto, la propulsión del RS Q e-tron es totalmente eléctrica, sin embargo el grueso de su energía proviene de la quema de gasolina, de ahí que el hablar de este coche como eléctrico «a secas» no sea correcto del todo. Audi Sport ha creado un buggy en donde se han instalado 2 motores eléctricos – uno por eje – capaces de desarrollar una potencia máxima de 288 kW o 386 CV (aunque sin limitaciones podrían llegar a los 500 kW o 670 CV). Estos motores son los mismos empleados por Audi en la Fórmula E en 2021, estando alimentados por el sistema de regeneración durante las frenadas y por una batería de iones de litio con 52 kWh cuyo peso es de 370 Kg.
Sin embargo, con 52 kWh de capacidad el Audi RS Q e-tron es incapaz de cubrir la distancia de una etapa completa del Dakar, y descartada la idea de aumentar la batería por el enorme sobrepeso que supondría, Audi Sport decidió apostar por el uso de un motor gasolina turboalimentado del DTM para mover un generador eléctrico, consiguiendo así el suministro de energía y potencia necesario para poder alimentar los 2 motores eléctricos impulsores. El motor gasolina trabaja en un régimen comprendido entre 4.500 y 6.000 rpm, estando alimentado por un tanque de gasolina con hasta 295 litros de capacidad y generando una potencia máxima de 220 kW o 362 CV.
Con esta fórmula, Audi consigue mantener la propulsión 100% eléctrica como ventaja técnica – y herramienta de marketing obviamente -, añadiendo también una mayor eficiencia en el consumo de combustible dado que el motor térmico trabaja a régimen prácticamente constante.
Curiosamente, esta configuración técnica es muy poco habitual en coches de calle, y de hecho ni siquiera Audi la emplea o pretende emplear en sus coches. Si echamos un vistazo al mercado no hay rastro de esta tecnología más allá de coches como el Opel Ampera y su hermano el Chevrolet Volt, el BMW i3 REX o el futuro Mazda MX-30 con motor rotativo. Así, pese a que los eléctricos de autonomía extendida ofrecen importantes ventajas para contener el peso, reducir el consumo y ofrecer elevadas autonomías, lo cierto es que la industria está apostando por fabricar coches con baterías cada vez más grandes a pesar de los problemas que esto supone en peso, costes y tiempos de recarga.






En qué debe mejorar el Audi RS Q e-tron
De cara al Dakar 2023, y si has seguido la actualidad de la prueba a través de nuestra sección de competición, Audi Sport ya está trabajando en la siguiente evolución del RS Q e-tron. Esta revisión del proyecto se centrará en mejorar aspectos de su fiabilidad, pero sobre todo en reducir el peso ya que el coche actual cuenta con un sobrepeso de 150 Kg con respecto de sus rivales en categoría T1+, y rebajar el consumo energético, un aspecto clave para conseguir esa reducción de peso y sacar más y mejor provecho del sistema de propulsión eléctrica a baterías.