Algo está pasando en BMW Motorsport… así podemos resumir el anuncio oficial de los primeros detalles del nuevo BMW M5. La sexta generación de la berlina deportiva de BMW se presenta con importantes cambios que nos han dejado con la boca abierta a pesar de que eran muchos los rumores que lo apuntaban. Por un lado desaparece el cambio de doble embrague en favor de un más eficiente y robusto cambio automático por convertidor de par, mientras que por otro lado BMW da de lado a la configuración de «sólo propulsión» para pasarse a la tracción total bajo el sello M xDrive.
No son buenos tiempos para los puristas, y aunque BMW nos ha regalado coches como el BMW M2 con cambio manual o el exótico BMW M4 GTS con su cambio de doble embrague, el futuro de BMW M está en las transmisiones por convertidor de par. ¿Pero es esto una mala noticia? Lo cierto es que no necesariamente. Pese al éxito de los cambios automáticos de doble embrague, que incluso han conseguido relevar a la mayoría de cambios manuales, la escalada en potencia/par y prestaciones está llevando al límite el desarrollo de los cambios de doble embrague, límites que hablan de exceso de complejidad y costes.
Y ahí es donde entra en escena el cambio automático por convertidor de par que ha llegado hasta nuestro días como la fórmula más capaz para digerir toneladas de par y potencia sin comprometer tanto la fiabilidad de las transmisiones. Para el BMW M5 se ha confiado en el cambio Steptronic de 8 relaciones – denominado ahora M Steptronic –, un cambio de sobra conocido en la gama BMW y en otros fabricantes, pero que BMW M ha puesto a punto para ofrecer un trabajo según marcan los cánones de la casa. A través del nuevo grupo motopropulsor BMW M promete una aceleración más rápida y contundente, al mismo tiempo que un confort de marcha muy superior al doble embrague cuando circulamos tranquilos.
A futuro BMW M ampliará el uso del nuevo M Steptronic al resto de modelos M, un movimiento que buscará ofrecer la misma fórmula que ahora estrena el BMW M5 con rendimiento, eficiencia, confort y fiabilidad a partes iguales. El futuro del doble embrague está seriamente en duda, y aunque BMW no ha confirmado su completa eliminación, es muy probable que vaya reduciendo su presencia con cada nueva actualización de la saga BMW M.
El truco de BMW M para conservar la tracción trasera
Desde hace bastante tiempo que los fabricantes de deportivos defensores de la tracción trasera se están encontrando con el problema que supone controlar centenares de caballos con sólo dos ruedas traseras. La electrónica ha hecho mucho, pero moverse en torno a los 600 CV con sólo las ruedas traseras no es algo apto para todos los públicos. Es por ello por lo que el grueso de constructores se están pasando a la tracción total. BMW Motorsport ha sido la última en dejarse llevar por la tracción total a través del BMW M5, pero ojo, que no todo está perdido.
Pese a que la llegada de la tracción total M xDrive haya no podido sentar a todos bien, BMW M se ha guardado un as en la manga para que lo más puristas sigan deleitándose con un coche de propulsión puro. Mediante el reglaje del sistema de tracción total M xDrive vía DSC, BMW ofrece la posibilidad de modificar la gestión del reparto de par entre trenes. BMW defiende que el BMW M5 será un tracción total con un tren trasero muy protagonista, y esto lo consigue ofreciendo un modo 4WD en el modo «DSC on», 4WD Sport en el «M Dynamic Mode» del DSC y 2WD (propulsión) con el «DSC off». De este modo, mediante la selección de los diferentes programas del DSC el conductor puede ir aumentando el protagonismo del tren posterior hasta desactivar por completo el tren delantero.
Fuente: BMW
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