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Así es cómo Bosch quiere salvar al diésel

El diésel se resiste a morir en Europa. Aunque la mayor amenaza para los coches diésel está en las grandes ciudades, que planean restricciones, e incluso prohibiciones, como solución a sus problemas de contaminación, la pelota está en el tejado de los fabricantes, de las marcas de coches. Es por eso que Bosch, uno de los principales proveedores de la industria del automóvil, se ha propuesto buscar soluciones que atajen el gran problema, y la razón por la cual los diésel son el centro de atención de la opinión pública, sus emisiones de gases contaminantes. ¿Pero cómo pretende Bosch salvar al diésel?

Reducir las emisiones de los diésel sin nuevos componentes

La razón por la cual Volkswagen tuvo que enfrentar uno de los mayores escándalos de la industria en los últimos años fue haber alterado el funcionamiento de sus sistemas anticontaminación, para que su rendimiento durante las pruebas de homologación fuera diferente al alcanzado en condiciones reales, en algunos casos para evitar la instalación de sistemas anticontaminación adicionales, y más costosos.

Bosch ahora pretende reducir las emisiones de los diésel sin necesidad de componentes diferentes a los que ya están en el mercado, únicamente perfeccionando el rendimiento de los sistemas anticontaminación, su lógica de funcionamiento.

Bosch cree que el diésel tiene futuro, y que hay mucho margen para reducir sus emisiones únicamente trabajando sobre la lógica de funcionamiento de los sistemas anticontaminación, y los dispositivos del motor que intervienen en la recirculación de gases de escape

Bes Portraits

La lógica de funcionamiento de los sistemas diésel

Los sistemas anticontaminación de los diésel tienen una alta dependencia de la temperatura de los gases de escape y, como consecuencia de ello, del régimen del motor. De ahí que Bosch haya ideado una serie de estrategias que permitan que los sistemas anticontaminación maximicen su rendimiento aspirando a que estos siempre trabajen a una temperatura ideal.

Entre las estrategias exploradas por Bosch, nos encontramos con sistemas que ajustan el rendimiento del turbo y los inyectores, y que incluso se encargan de aprovechar al máximo los gases de escape que han alcanzado mayor temperatura durante la combustión. El objetivo principal no es otro que conseguir que los sistemas anticontaminación trabajen a pleno rendimiento independientemente del estilo de conducción, y las condiciones en las que se conduce, dos factores que influyen drásticamente en las emisiones de un diésel moderno. Conseguir que las emisiones de gases contaminantes, sobre todo de NOx, sean inferiores en situaciones como las de un conductor que circula con el motor de su diésel a bajo régimen, o las de los diésel que se mueven por el tráfico congestionado de una ciudad.

Según Bosch, estas tecnologías que ya se están probando en algunos prototipos habrían conseguido que las emisiones de NOx se sitúen muy por debajo de los límites actuales, pero también de los previstos en las nuevas normativas de emisiones para los próximos años.

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