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Cómo un ciberataque ha paralizado un mes a uno de los fabricantes europeos más históricos

El mes de septiembre de 2025 será recordado por Jaguar Land Rover como uno de los más agitados de su larga historia. El fabricante británico confirmó hace unas semanas que un ciberataque a finales de agosto afectó a sus operaciones, lo que les llevó incluso a parar por completo sus cadenas productivas y ha derivado en múltiples problemas que han llevado incluso al Gobierno Británico a ofrecer su ayuda a la compañía para tratar de mitigar en la medida de lo posible las consecuencias.

No se han dado demasiados detalles oficiales de en qué medida afectó al sistema informático dicho ciberataque y cuáles son las principales áreas afectadas, descartando desde en un principio el robo de datos que pudiera haber afectado a los propios clientes de la marca, versión que finalmente fue rectificada por parte de JLR, la cual confirmó que “ahora creemos que cierta información sí se ha visto afectada y estamos informando a los entes reguladores pertinentes”.

Sea como fuere, la compañía no solo se ha visto perjudicada al tener que detener su producción desde el pasado 1 de septiembre (la cual no se espera que sea reanudada antes de este miércoles 1 de octubre), sino que tal y como ha ido informando, han sido numerosos los problemas derivados de este ciberataque. Para muchos ya es la mayor crisis que ha tenido que afrontar JLR desde otros momentos que acorralaron a la industria automotriz europea durante el último lustro, como fue el caso de la pandemia de COVID-19 y la escasez de Chips.

Tanto las tres fábricas de JLR en Gran Bretaña que producen unos 1.000 coches al día, como la de Eslovaquia se habrían visto afectada

Prácticamente todo se ha visto arrastrado, desde los concesionarios, proveedores, talleres, empresas de logística asociadas y otras empresas que dependen en gran forma de JLR. Todo ello se ha detenido y su actividad ha pasado a ser prácticamente cero. Según las primeras estimaciones, la compañía podría afrontar a unos costes que superen los 1.000 millones de dólares, algo que podría poner en jaque el futuro de Jaguar Land Rover, así como hacer quebrar otros negocios más pequeños.

Jaguar Land Rover es el principal fabricante en Gran Bretaña, teniendo bajo su paraguas más de 33.000 empleados de forma directa, mientras que los empleos en la cadena de suministro se calculan que estarían alrededor de 100.000. Es por ello que no ha sido de extrañar que el ministro de Industria del Reino Unido, Chris McDonald, haya hecho de este asunto un problema también a nivel gubernamental y dará asistencia financiera: “tenemos dos prioridades: ayudar a que Jaguar Land Rover para que se vuelva a poner em marcha lo antes posible y la salud a largo plazo de toda la cadena de suministros. Somos muy conscientes de las dificultades que esta interrupción provoca a esos proveedores y a su personal, que en muchas ocasiones han sufrido un golpe económico sin que fuera su culpa. Haremos todo lo que podamos para garantizarles que el Gobierno está a su lado”.

Por el momento, se espera que haya un “reinicio lento” (algunas ya empezaron la pasada semana) en todos los departamentos hasta poder recuperar un ritmo asumible, sin embargo, no se conoce cómo afectará a medio o largo plazo esta situación al fabricante, así como a sus próximos lanzamientos. La BBC ha estimado que la marca estaría perdiendo casi 58 millones de euros por semana.

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Iván Fernández

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