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¿Funcionará un coche después de pasar un mes sumergido en agua salada?

Nos vamos a Rusia, donde en términos automovilísticos suceden cosas interesantes. Y es que esta tierra es de donde vienen nuestros colegas de Garage54, un canal de YouTube dedicado a llevar a cabo todo tipo de experimentos usando coches como conejillos de indias. Sin ir más lejos, han creado un Lada con 16 cilindros. Sin embargo, en el experimento de hoy tratan de averiguar si un coche – un Lada Samara destinado al desguace – es capaz de soportar un mes sumergido en agua (muy) salada, y si tras ello, es capaz de arrancar.

El agua y los coches no suele ser una combinación ganadora, y si a ello sumamos cantidades ingentes de sal, el resultado puede ser aun más desastroso. El Lada Samara fue sumergido en una piscina, y esa piscina fue llenada con sacos y más sacos de sal. Había tal cantidad de sal, que quedó visiblemente depositada en multitud de componentes del coche, a causa de la sobresaturación del agua. Las piezas metálicas que no estaban pintadas sufrieron, tras cinco semanas, una oxidación superficial patente.

Kilos y kilos de sal fueron añadidos al agua para acelerar su efecto oxidante

Bajo el capó la situación era aun peor. Todo quedó recubierto de un barrillo salado, y muchos componentes quedaron visiblemente oscurecidos. Tras dar un fuerte manguerazo al vano motor, Garage54 descubrió que la bomba de combustible estaba completamente arruinada, así como la bobina de encendido y una parte importante del sistema eléctrico. Partes del carburador se deshacían en los dedos del mecánico cuando se puso a examinarlo. Tras vaciar de agua el motor, secar las bujías con un soplete y ponerle aceite, comenzaba el intento de arranque.

El motor de arranque sobrevivió, y el distribuidor de corriente daba chispa débil, pero daba chispa. No obstante, ni siquiera un carburador funcional de otro coche lograba arrancar el motor. Entonces, el equipo trató de arrancar el coche «a empujón», usando otro coche para arrastrarlo. El motor se resistió, pero en un momento dado volvió a la vida. Entonces expulsó el agua que podía quedar en su interior – recordad, nunca se desmontó el motor – y volvió a funcionar adecuadamente. Incluso era capaz de arrancar al toque con solo girar la llave.

No lo intentéis en casa: gran parte del coche quedará completamente inutilizada

Lo sorprendente es que el coche incluso pudo moverse por sí mismo, pese a estar en un estado ruinoso. La guinda del pastel fue probar el viejo carburador del coche – en un estado desastroso – sabiendo que el motor funcionaba adecuadamente. Para sorpresa de todos, el coche arrancó adecuadamente. Este experimento hubiera tenido otro desenlace en un motor de inyección o un coche dotado de más electrónica. Hubiera quedado completamente inutilizado. Sin embargo, en un escenario tan extremo, la simplicidad reina victoriosa.

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