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El Bugatti Veyron ruso es un Lada "zombie" de 16 cilindros y ocho ruedas (+vídeo)

Si alguna vez viajo a Rusia, me encantaría conocer a Vlad de Garage54. Este canal de YouTube ruso se dedica a hacer experimentos de todo tipo con coches. Han creado un Lada Niva 6×6, han llenado de cemento un coche y han sumergido otro en un lago, para ver si funciona, seis meses después. Su última serie de vídeos es posiblemente la mejor que hayan hecho nunca: se han propuesto construir un «Bugatti Veyron ruso», creando finalmente un monstruo de dieciséis cilindros en línea, 5,6 litros de cubicaje y ocho ruedas. Una auténtica locura que solo podría venir de la Madre Patria.

Todo comenzó cuando Vlad se propuso construir un Lada – técnicamente, un VAZ-2106, hablemos con propiedad – con un motor de ocho cilindros. Para ello, siguiendo una aproximación directa y poco refinada, cortó el frontal del lada para poder acoplar otro motor al motor original de 1,6 litros del coche. Normalmente, crear un motor de ocho cilindros en línea a partir de dos motores de cuatro cilindros exigiría soldar ambos bloques y crear un cigüeñal mucho más largo. Es una tarea complicada y cara, por lo que en Garage54 tomaron una aproximación diferente – aunque quizá no demasiado ortodoxa.

El sistema de refrigeración ha sido diseñado de forma artesanal, con un radiador doméstico y varios tuberías adicionales. Nos encanta.

Como veréis en el vídeo, han soldado el embrague del motor frontal a la polea del cigüeñal del motor original del coche. De esta manera, «unen» los dos ciguëñales de los dos motores. La transmisión de fuerza a las ruedas traseras se sigue haciendo a través de una única caja de cambios y un único embrague. Han tenido que crear un nuevo subchasis frontal con tubos de acero, y cablear de nuevo todo el sencillo sistema eléctrico del coche. La refrigeración corre a cuenta de un radiador doméstico, literalmente. Sorprendentemente, los dos motores funcionan y el coche es capaz de moverse por sí mismo.

El sistema no es ni mucho menos perfecto, pero incluso sobre nieve, este Lada de ocho cilindros en línea es considerablemente más rápido que el original de cuatro cilindros. El 0 a 60 km/h sobre nieve es de unos seis segundos, frente a un 0 a 60 km/h de más de siete segundos sobre asfalto seco. ¿Pensábais que la locura de Garage 54 iba a terminar con este experimento «sencillo»? Estáis muy equivocados, Vlad tenía planes mucho más ambiciosos para este coche. El siguiente paso fue instalar un tercer motor en el Lada, mediante el mismo procedimiento antes descrito.

En un banco de potencia, el Lada de cuatro litros y doce cilindros desarrolló 152 CV a las ruedas, cerca de 180 CV al cigüeñal. Impresionante, ¿verdad?

Ahora bien, el motor de doce cilindros en línea resultando era tan largo, que se vieron obligados a instalar un nuevo subchasis delantero. Un subchasis extraído de algún tipo de vehículo comercial que cuenta con dos ruedas directrices. En vez de quitar las ruedas delanteras del VAZ-2106 original, las dejaron en posición, como apoyo para el peso extra del coche. En el eje trasero han instalado dos ruedas de clavos, convirtiendo al Lada en un «dually» al estilo de las Ford F-350 Heavy Duty. El coche es aún más rápido, desarrollando 152 CV a las ruedas traseras tras pasar por el banco de potencia.

Sobre una superficie helada, ha sido capaz de hacer el 0 a 60 km/h en 5,4 segundos, mejorando en casi un segundo la cifra del Lada de ocho cilindros. Pero Vlad tampoco se ha detenido aquí. Fue un paso más allá, instalando un cuarto motor delantero, alcanzando su objetivo: crear el Bugatti Veyron ruso más gopnik de todos los tiempos. El cuarto motor ha sido instalado en la parte delantera del coche, requiriendo de aún más modificaciones en el subchasis delantero. Ahora bien, creemos que el óptimo de este Lada estaba en los ocho o en los doce cilindros. A veces, menos es más.

Con dieciséis cilindros en línea y cuatro motores, es posiblemente el Lada más «gopnik» jamás creado. Es fascinante.

Con sus cuatro motores, el coche es más lento que con tres o dos motores, y es prácticamente inconducible, en palabras del propio Vlad. El coche es muy potente, pero poco controlable y susceptible a fallos mecánicos. De hecho, a causa de su instalación casera, dos distribuidores de corriente fallan de forma estrepitosa, abortando su primera prueba en carretera abierta. Con todo, esta creación es un triunfo de la «ingeniería» casera, un proyecto que nos hace aún más devotos de las creaciones de Vlad y sus amigos. No os perdáis los diferentes vídeos de estas bestias de origen soviético.

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