He perdido cerca de una hora de mi tiempo de trabajo divagando en la web de una marca personalizando un coche. No cualquiera, eso sí, pues es el que sería el primer coche de capricho que encargarse a fábrica si llegase a estar en posición de hacerlo. Tengo, por tanto, la obligación de recuperar lo perdido, pero se me ha ocurrido, para esquivar la más que probable bronca de mis encargados, que podría reinvertir ese tiempo, que daba por desperdiciado antes, en explicar qué coche es y por qué lo he configurado así. Cosas de trabajar en Diariomotor.
No hablaré de prestaciones ni números. Tómense estas líneas como la reflexión de un aficionado con suerte pues, por mi trabajo, he podido probar y experimentar coches que nunca hubiera tenido la ocasión si me hubiera dedicado a cualquier otra cosa. Seguro que son muchos los que, leyendo estas líneas, se ven identificados en todo lo que voy detallando, aunque, por supuesto, discrepando en muchas cosas, porque su deportivo ideal sería otro, por los motivos que fueran y eso está genial. Mi compañero Diego hizo, hace no demasiado tiempo, algo similar, pero su resultado fue muy distinto.
Para no andarme con mayores rodeos, el modelo que siempre acudo a configurar cuando quiero matar el rato o me pica el gusanillo de la ilusión, es el Porsche 911 Carrera T. No, no es un GT3, tampoco un GT3 RS ni un Turbo S. Es el segundo modelo más «económico» del catálogo del todo atrás de Porsche y, para mí, tal y como están los precios y habiendo podido conducir en estos años coches de potencias desmesuradas, es el punto dulce perfecto de la gama de Porsche, actualmente, y puede que de todo el mercado que conforman los deportivos.
No seré yo quien entre a despreciar un deportivo de pata negra y 600 ó 700 CV, pero mi experiencia me dice que en carretera abierta tener más de 400 CV bajo el pie derecho es limitar el disfrute que se tiene al volante, me veo fluyendo a buen ritmo en una carretera de montaña más a gusto en un Carrera T que dejándome en el tintero una gran parte de las prestaciones que puede llegar a entregar un GT3 o cualquier Turbo. Aquí también tiene mucho peso la manera que tengo de conducir. Ya lo adelanté con la última prueba de un coche deportivo que he publicado, el Honda Civic Type R: desde que soy padre he perdido casi todas las ganas que tenía antes de atacar curvas a cuchillo.
Ah, y por último y no menos importante, hay un otro aspecto que determina que me decante por un T y no un GT3: el cambio manual, algo que sí o sí querría tener en mi primer 911. Es más, tanto es así que no sabría decir si mi elección sería un Carrera T o un Carrera, a secas, muy equipado, con una buena configuración y cambio manual si esta opción se pudiera elegir, pero Porsche ha querido concentrar a todos los compradores que buscaban un 911 manual entre los GT3 y este Carrera T.
Cómo no, por último, también está la diferencia de precio entre los dos 911 de cambio manual que hay disponbles. Mientras que tanto GT3 como GT3 Touring parten desde 241.652 euros exactos, el Carrera T hace lo propio en unos contenidos 170.101 euros y, siendo «mi primer deportivo», me quiero contener. No quiero dar rienda suelta a una locura que puede no tener fin a las primeras de cambio. Ya habrá tiempo para eso. Todo esto tratando el tema desde un punto de vista hipotético, claro está, pero quiero tenerlo todo hatado desde ya para, si llega el momento, saber cómo proceder.
Este es «mi» Porsche 911 Carrera T
Sabiendo las razones por las que me compraría directamente este 911 sobre cualquier otro versión del deportivo, he aquí mi configuración, mi Porsche 911 Carrera T acabado en un más que acertado color Malachite Green Metallic de la paleta Paint to Sample de la marca y conjugado con las llantas Carrera Exclusive Design sin color de contraste. El motivo por el que ha elegido esta pintura es porque soy un adicto al color verde, pero odio los tonos más oscuros del mismo, que, cuando menos luz hay, parecen de todo menos verde. De hecho esta era mi segunda opción preferida tras el Aston Martin Racing Green Metallic, que la marca suprimió de su programa Paint To Sample hace ya varios meses. Aun así, me gusta lo suficiente como para «pagar» lo que pide Porsche por ella.
Para el interior, he optado por la convencionalidad. «Me he gastado» exactamente 11.932 euros en el color de la pintura y, estando ante un hipotético caso de compra, debo mantener la cordura. Quiero que sea el 911 que yo me compraría, pero de veras, con mi dinero, si pudiera. Por esto mismo, y dentro de que el Carrera T no tiene tantas opciones de personalización como el resto de la gama, no hay ni asientos deportivos de fibra de carbono ni tampoco un tapizado demasiado llamativo. Por esto he optado por la tela Sport Tex y su tapizado de tipo Plaid, se adaptan bien, creo, a la personalidad, algo clásica, de esta versión.
Un aspecto obligatorio para mí es incorporar los dos asientos traseros. Sí, te cargas el concepto de ligereza que da forma al Carrera T, pero quiero disfrutar el coche en familia, o querría hacerlo si tuviera la opción.
Otros elementos opcionales que siempre me gusta añadir son los parasoles y el techo acabados en el símil de piel vuelta que Porsche llama Race Tex, el logo del modelo en el resposabrazos delantero, el depósito de combustible de 84 litros (sin duda le sacaría partido, pues tendría uso de gran turismo), la tapa de combustible con look de aluminio, los faros principales LED HD-Matrix y el sistema de sonido fabricado por Bose opcional. Existe un Burmester que, a buen seguro, es una delicia, pero siguiendo esa idea de una configuración lógica, no sería el que yo pondría en mi coche.
Me gustaría quitar el color Gris Vanadium de los espejos retrovisores para que, en su lugar, estuvieran acabados en Malachite Green, pero Porsche no da la opción, al menos en su web. Soy de los que piensa que cuanto más del color original, mejor. Por esto mismo, no he añadido el techo de fibra de carbono. Por otro lado, no quiero elementos que adornen demasiado el interior y que después, en el día a día, quedan en deshuso, como el paquete Sport Chrono.
El resultado de todo lo anterior, para acabar, es una configuración que asciende a 195.202 euros, que es bastante contenido para lo exclusivo del modelo y lo personal de la configuración, considero, aunque muy superior a lo que costaba, hasta hace no mucho, un Carrera T de la generación anterior. Ahora, publicándose este artículo en la fría mañana de un sábado, si estás en casa, tal vez sea tu turno y nos hagas saber cómo configuras tú tu 911 ideal.








