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Lo que nos depara el grafeno en el mundo de los coches: más baratos, más duraderos y más ligeros

Antes de nada vamos a decir brevemente qué es el grafeno, se trata de un material formado por una capa de átomos de carbono que están dispuestos de tal forma que tiene un parecido asombroso con un panal de abejas. En cuanto a sus características podemos decir que tiene propiedades extraordinarias, como una alta resistencia, una gran conductividad eléctrica y térmica, además de ser flexible y ligero.

Estas características lo convierten en un candidato ideal para que se pueda utilizar en varios sectores, entre el automotor. Los coches que incorporen grafeno en su diseño pueden beneficiarse de varias ventajas. Por un lado, el grafeno puede reducir el peso de los coches, lo que implica un menor consumo de combustible y una menor emisión de gases contaminantes.

¿Es viable su uso a gran escala en los coches?

Su producción a gran escala y a un bajo coste es un reto que se debe superar, por ese motivo actualmente su utilización en coches eléctricos no es del todo viable. Según algunos rumores, el primer coche con batería de grafeno sería el GAC Aion V, un SUV eléctrico de la marca china GAC, pero finalmente se decidieron por una batería de iones de litio de CATL.

Otro coche que utiliza grafeno en su chasis y carrocería es el GTA Spano, un superdeportivo de fabricación española que destaca por su diseño y potencia. De hecho están preparando un modelo aún más potente basado en grafeno y titanio que será llamado GTA Spano R, desde la compañía aseguran que será un modelo revolucionario e innovador.

Estos son algunos ejemplos de cómo el grafeno ha ido haciendo su entrada en el sector automotriz y seguramente estará en muchos coches próximamente, pero todavía hay muchos retos que vencer y oportunidades por explorar.

Potencialidades del grafeno en coches

El grafeno puede aumentar la resistencia y la durabilidad de los componentes, lo que se traduce en una mayor seguridad para los posibles compradores y una menor necesidad de llevar el coche a realizarle mantenimiento. Además, el grafeno puede mejorar el rendimiento de los motores eléctricos y los sistemas electrónicos, esto supondría una mayor eficiencia y una mejor experiencia de conducción.

El uso del grafeno en la industria automotriz todavía tiene algunos desafíos que debe salvar, esto es algo totalmente normal, hace 30 años era difícil pensar que un disco duro pudiese ser de un menor tamaño del que ya era y ahora tenemos unidades SSD que prácticamente se pueden confundir con una memoria RAM. El principal escollo es el costo de producción, que sigue siendo elevado debido a la complejidad del proceso de fabricación y escasez de materias primas.

Por último, también hay que tener en cuenta los posibles impactos ambientales de la explotación del grafeno, que aún no se han estudiado a fondo. ¿Podrá conseguir la industria automotriz que el grafeno pueda utilizarse en los coches a gran escala? Solo el tiempo lo dirá y aquí estaremos para informarte sobre ello.

Más información: automotiveworld.com

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