Nadie negará que el Mercedes Clase G moderno es una auténtica bestia. Ya sea en su versión diésel más «normal» o el AMG G 63, es el todoterreno más deseado por mucha gente. Pero si te gustan los hierros, no hay color: nada como un Clase G clásico. Y sobre esta base, un preparador estadounidense ha hecho una locura.
Aunque podrías irte al fin del mundo con uno, es más probable ver un Clase G en un barrio caro de cualquier ciudad que verlo en el campo. Nació como una herramienta de trabajo, pero se ha convertido en un símbolo de estatus con el que también puedes gritar que te va bien en la vida. Y si te va muy bien, Expedition Motor Company (EMC) estará encantada de coger tu dinero para hacerte un Clase G rarísimo y prácticamente único en el mundo.

Mercedes-Benz Mercedes Clase G
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Más concretamente, un Mercedes Clase G Cabrio de batalla larga. Normalmente los Clase G sin techo son cortos -aunque la propia Mercedes ha hecho versiones sin techo y largas, como el Mercedes-Maybach G 650 Landaulet-, pero en esta ocasión se combina la carrocería larga con muchas otras mejoras y la posibilidad de tener un durísimo motor diésel o un V8 gasolina.
Por fuera, este Clase G luce una preciosa pintura verde oscuro que combina con detalles en negro, incluidas las llantas. Tiene una nueva defensa delantera y nuevos estribos laterales -también negros-, complementados con una moderna iluminación LED. Lleva dos arcos antivuelco y el techo es de lona y, por supuesto, desmontable.
En el interior hay hueco para seis personas, incluyendo los dos asientos de la última fila que van en perpendicular al sentido de la marcha. Todos los asientos van tapizados en cuero marrón y el parabrisas se puede abatir para tener una experiencia de aire libre total.
Bajo el capó lleva un motor diésel prácticamente indestructible. El OM606 de Mercedes, un seis cilindros en línea de 3.0 litros, con turbo, que entrega 275 caballos y un par máximo de 474 Nm. Es duro como una roca, de los que pueden durar toda la vida, y además da bastante juego para posibles modificaciones. Pero también hay una opción más yankee: se puede elegir con el LS3 de Chevrolet, un V8 de gasolina y 430 caballos.
Un capricho como este se paga. EMC pide, como mínimo, 235.000 dólares -unos 202.000 euros al cambio actual-. A partir de ahí, la factura final puede subir según la personalización y los caprichos del cliente. si cuestan más que un G 63 AMG nuevo.
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