Hay algo que no estamos haciendo bien, pues fabricar coches sostenibles no es solo cuestión de electrificar sus motores. Cada componente, tecnología o energía que dan vida a un vehículo deben tenerse en cuenta y por eso en Mercedes han decidido fabricar sus coches de una forma más sostenible, dando de paso solución a uno de los grandes problemas que sufren los coches modernos, un problema que está en sus avanzados faros LED.
Reparar faros LED será a partir de ahora más sencillo y barato
¿Qué sentido tiene hablar de coches sostenibles si ovidamos el reciclaje, la reparación y la reutilización de sus piezas? Por desgracia estas ideas no siempre se tienen en cuenta en las miles de piezas que dan vida a un automóvil, siendo un ejemplo clarísimo los faros LED que ya están disponibles en la práctica totalidad de automóviles modernos.
Y es que ante una avería, rotura o fallo en estos faros, dada su complejidad, diseño o forma de fabricación, por regla general hablamos de componentes que son reemplazados sin más… aunque en realidad sigan funcionando. Y esto es así por la dificultad y coste de acometer una reparación sobre el mismo, pues aunque hablemos de un daño estético que no afecta al correcto funcionamiento de las ópticas, si el simple hecho de desmontar la tulipa del faro ya supone un elevado coste y no garantiza su correcto sellado a posteriori, la solución más rápida y sencilla – aunque muy costosa – pasa por su reemplazo.
Es aquí donde entra en escena el nuevo programa Tomorrow XX de Mercedes-Benz, una iniciativa en donde el fabricante alemán se ha comprometido a hacer más sostenibles sus coches a través del uso de un mayor número de componentes reciclados y reciclables, reducir la huella de carbono en los materiales empleados y fomentar la reparabilidad de componentes tan cruciales como son los faros LED, algo que será posible gracias a medidas tan aparentemente sencillas como reemplazar el uso de adhesivo por tornillos en la unión de sus diferentes piezas.
Gracias a esta medida, ante un faro que presente algún tipo de defecto, golpe o avería, se podrá actuar sobre él desmontándolo y ejecutando las tareas pertinentes de reparación o sustitución de las partes dañadas. Con ello, no sólo se consigue dar una segunda vida al componente, sino también neutralizar el impacto que supondría desechar una pieza y fabricar otra, además de reducir la factura final para el cliente al evitar tener que instalar un faro completamente nuevo.
La iniciativa de Mercedes es sin duda digna de ser emulada por otros fabricantes y aplicada a más componentes del automóvil, especialmente ahora que la complejidad, la variedad de materiales empleada y la carga tecnológica que soportan, hacen cada vez más difícil realizar tareas de reparación en un coche.






