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¿Pueden las tecnologías "verdes" tener su propio "Peak Oil"? Un equipo de Fundación CIRCE advierte sobre ello

Que la movilidad del futuro sea sostenible dependerá de la combinación de varios factores sociales y tecnológicos como ciudades más compactas, menor dependencia del coche, vehículos menos contaminantes y un reciclaje más eficaz. Pero hoy las tecnologías más «limpias» requieren de materiales muy costosos de extraer que después raramente son reciclados, lo cual nos conduce a una pregunta incómoda. ¿Serán estas «green technologies» verdaderamente sostenibles a largo plazo? Un equipo de la Fundación CIRCE lleva años investigando el consumo y reciclaje de materiales críticos, con una conclusión contundente: debemos cambiar urgentemente nuestro uso de los de los recursos y nuestra forma de entender el reciclaje de las «tecnologías verdes». Diariomotor habló con ellos.

«En el momento actual se estima que hay más oro y cobre en los vertederos del mundo que en las minas«. No es el eslogan de una campaña de concienciación medioambiental, sino la afirmación de Alicia Valero, investigadora de la Fundación CIRCE, adscrita a la Universidad de Zaragoza. Alicia lleva años trabajando en el campo de la sostenibilidad y eficiencia en el uso de los recursos naturales, y actualmente coordina un equipo que forma junto con Abel Ortego, ingeniero y Guiomar Calvo, geóloga. Su objetivo es analizar la forma en que las tecnologías «verdes», y particularmente los coches eléctricos, usan y reciclan los recursos más escasos del planeta para prever si la alternativa sostenible al petróleo puede causar las mismas severas dependencias de los recursos naturales.

Las «Tierras raras» son minerales que se encuentran en el planeta en bajas concentraciones y son muy costosos de extraer. Pero son vitales para la nueva movilidad

Si lees Diariomotor ya estarás al tanto de la importancia de las «Tierras raras» en la nueva movilidad. Minerales de dificil extracción, que se encuentran en bajas concentraciones en el planeta y además son muy costosos de separar entre sí, pero que son vitales para el desarrollo de productos como las pantallas táctiles o los imanes permanentes del motor de los coches eléctricos. Gracias a ellos tenemos vehículos más inteligentes y que no emiten contaminación directa. Pero ¿cual es el coste medioambiental de estos materiales y cuánto tiempo podremos usarlos?

«Del Litio que se emplea en el mundo actualmente se recicla menos del 3%«, afirma Abel Ortego «y de otros materiales menos conocidos pero que son muy importantes para la creación de baterías e imanes permanentes, como el Lantano o el Neodimio, se recicla menos del 5%«. Cuando pensamos en el reciclaje solemos imaginar que estos minerales vuelven a entrar en la cadena de producción para fabricar más baterias o motores eléctricos pero no es así. «La mayoría de estos materiales que entran de nuevo en la cadena productiva lo hacen para producir elementos de menor valor, así que más que de ‘reciclado’ deberíamos hablar de un ‘subciclado’ que no reduce la necesidad de seguir extrayendo el mineral original» apunta Alicia Valero.

Los coches más modernos acumulan dispositivos electrónicos a velocidad apabullante: cámaras de fotos, de visión nocturna, o de seguimiento del tráfico, pantallas táctiles, dispositivos de conexión a Internet, sensores de movimiento… sin embargo, ¿Cómo se reciclan? «Hoy la normativa de la UE determina que se de ha reciclar el 95% de la masa del vehículo, lo cual está muy bien, pero nosotros tratamos de analizar si la masa es un indicador justo, porque al hablar en esos términos estás dando el mismo valor a un gramo de hierro que a uno de platino, por ejemplo«, precisa Abel. Según los estudios de este equipo de trabajo un vehículo medio actual contiene unos 30 minerales y por la forma en que éstos se emplean sólo el 1% de la masa del coche contiene hasta 25 metales diferentes.

Sólo el 1% de la masa del coche contiene hasta 25 metales diferentes. Vivimos en la «era de la tabla periódica»

«Por eso nosotros decimos que nos encontramos en la ‘Era de la tabla periódica’, por la cantidad de elementos diferentes que se emplean en la industria actual«, afirman. Esta «rareza» mineral es un índice cada vez más alto en los coches actuales, y lo va a ser aún más en el futuro inmediato. Según las proyecciones más aceptadas las ventas de híbridos superarán a las de coches convencionales en 2029, y en 2038 lo harán las de eléctricos. El mercado mundial del automóvil introduce unos 90 millones de vehículos nuevos al año, todos ellos cargados de tecnología… y de materiales críticos.

«Además nos encontramos con que en la fabricación de muchos componentes se está trabajando ya a nivel atómico, lo cual plantea el problema de cómo desensamblarlos«. En la actualidad, además del 5% de masa del coche que no se recicla, una parte de la que entra en la cadena de reciclaje se convierte en deshecho, de modo que en torno al 10% de la masa total del coche termina en los vertederos.

Parece claro que con nuestros coches (y móviles, y aerogeneradores…) estamos empleando gran cantidad de materiales críticos, su consumo crece exponencialmente y en cambio su tasa de reciclaje es bajísima. Es inevitable pensar en un concepto similar al del «Peak oil» así que les preguntamos a hasta dónde es posible conocer las reservas de estos materiales. «Este es uno de los problemas clave, porque es muy difícil de saber. Los sondeos son muy costosos y aún cuando sabes que hay recursos en un lugar no siempre resulta posible extraerlos por factores geológicos que no se podían conocer previamente«, responde Guiomar.

Con el actual uso y reciclaje de estos materiales críticos la demanda superaría a la oferta en apenas 15 años en algunos casos

«Hemos trabajado justo en este sentido» añade Alicia «Hay «tecno-optimistas» que opinan que se encontrarán más recursos y que con la tecnología del futuro podremos extraerlos más fácilmente. Nosotros hemos considerado las «reservas», lo que hoy sabemos que la naturaleza nos proporciona, y los «recursos», lo que podríamos extraer con una tecnología del futuro. El resultado es que en un escenario «Business as usual» de consumo los cuellos de botella para los materiales están cerca y esas futuras tecnologías de extracción sólo alargarían los recursos en algunos casos menos de una década«. Es decir, el consumo actual de materiales críticos nos conduce a un cuello de botella en la extracción y uso similar al «Peak oil». ¿de cuánto tiempo estamos hablando? Calculado según las reservas o según los recursos del futuro las fechas para alcanzar el pico son desasosegantes: en la Plata entre 2039 y 2041, en el Litio entre 2042 y 2059, en el Indio (clave para las pantallas táctiles) entre 2031 y 2050… Es decir, para cuando tecnologías como el coche eléctrico o la conducción autónoma estuviesen ya extendidas en buena parte del mundo, estaríamos entrando en un «punto de no retorno» en cuanto a la extracción y uso de materiales críticos que podría ponernos en una situación de dependencia (con la correspondiente especulación geopolítica) similar a la actual con el Petróleo.

«Nosotros creemos que la industria del automóvil tiene que estar implicada directamente en el proceso e ir hacia una servitización que les obligue a realizar el reciclaje para asegurarnos de que los materiales se reutilizan«, afirma Valero «Y de hecho Apple ha presentado su robot Liam que es capaz de desmontar por completo un iPhone para recuperar estos materiales» En casos como el Plomo la estricta normativa de uso ha conducido a un alto nivel de reciclaje. Pero el escenario actual en la «Era de la tabla periódica» requiere de nuevas referencias y regulaciones para el reciclaje de coches. Para este equipo de CIRCE el indicador a tener en cuenta para evaluar el uso de materiales críticos es la Exergía. Exergía se entiende como Energía útil en un sistema. «Lo bueno de medir a través de Exergía es que asignas a los recursos un valor que no es el del mercado sino el de sus propiedades energéticas y físico – químicas«, explica Ortego. Medir la Exergía de cada coche significa que en su procesado al final de su vida útil se deberá prestar mayor atención y dar prioridad al reciclado de los materiales con mayor rareza, es decir los más escasos y costosos de extraer de la naturaleza. Y por lo que el mercado apunta, estos van a ser cada vez más abundantes y variados en los coches.

«Creemos que las tecnologías verdes no serán verdaderamente ‘verdes’ hasta que no se tengan en cuenta otros aspectos como es el uso de materiales. Se trata de la sustitución de materiales críticos, reducción de la cantidad de ellos que se emplea, recuperación de estos elementos, y sobre todo la servitización«. Concluye Valero. «Tampoco queremos demonizar al vehículo eléctrico» apunta Abel «sino señalar que el vehículo eléctrico tal y como está planteado hoy no es una solución por su alto uso de materiales críticos y su baja reciclabilidad«.

La llamada de atención parece más que justificada. Con el consumo actual y esperado de nuevas tecnologías en poco más de una década podríamos encontrarnos de nuevo en un escenario de dependencia de materiales escasos cuya extracción causa un alto impacto ambiental.

Fotos: Volkswagen | Nissan | Toyota | Tesla | Fundación Circe
Fuente: Fundación CIRCE
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