No todo es Toyota cuando se trata de coches híbridos y ni mucho menos es el fabricante japonés el que a través de sus reputados trenes de potencia electrificados el que mejores resultados consigue en según qué apartados. Es cierto que en cuanto a fiabilidad son muy pocos, los que consiguen seguirle la pista a Toyota, pero hay otras opciones que igualan o superan lo que ofrecen los nipones dentro de este campo sin sacrificar eficiencia.
Esto lo afirmamos con un caso muy concreto en mente, el del motor Full Hybrid E-Tech del Renault Austral, que con 199 CV de potencia y 4,7 litros de consumo homologado, supera por mucho lo visto en coches como el Corolla Cross o el C-HR, cuyos consumos, a igualdad de potencia, son superiores, algo no del todo habitual que llama la atención.
Renault Austral
Empezando por el propio concepto del Renault Austral, estamos ante un segmento C que, siendo un SUV, se emplaza dentro de una de las categorías más competidas de toda Europa y además se fabrica en la planta española de Palencia, algo que no todo el mundo sabe. Mide 4,53 metros de longitud, tiene entre 430 y 500 litros de maletero y su carrocería se levanta del suelo 18 cm, lo que lo enfrenta a coches como el KIA Sportage, Nissan Qashqai o Hyundai Tucson, verdaderos pesos pesados del mercado. De hecho, tanto Tucson como Qashqai están dentro de los 10 coches más vendidos de España en lo que va de año.
Más allá de situarse en una posición muy llamativa, uno de los aspectos que más ventas determina para el lado de su Austral en su carga tecnológica y la percepción que esto genera en su interior, ya que todo su sistema de información y entretenimiento está firmado por Google. En muchas ocasiones he afirmado que puede ser el mejor sistema del mercado por la fluidez, diseño, calidad de gráficos y facilidad de uso del mismo. En la versión Evolution una pantalla central más pequeña le quita protagonismo, pero aun así sigue siendo francamente buena, mientras que en las Techno y Sprit Alpine tiene formato vertical y está mucho más integrada con el diseño del interior, que tiene, por cierto una calidad por encima de la media del segmento, excepto, tal vez, en su fila trasera, que más sencilla.
Se trata, por tanto, de coches que sin ser especialmente grandes, sí que tienen un tamaño pronunciado, ante lo que equipar mecánicas no especialmente eficientes puede resultar en consumos más altos de lo esperados. Por esto mismo, y con los motores diésel en vías de extinción, equipar un motor híbrido de buena potencia y contenidos consumos es la mejor opción.
En el caso del Austral, con 4,7 litros de consumo homologado, lo cierto es que incluso en viajes por carretera logrará situarse en rangos típicos de un motor diésel: rondará los 6 litros a velocidades sostenidas, mientras que en ciudad será capaz de gastar 5 litros, incluso menos si se busca la eficiencia máxima. Un servidor lo afirma con experiencia de primera mano con este motor.
Luego está la potencia. En este tipo de motores, por su enfoque eficiente y lo complicado del conjunto, lo cierto es que la sensación de potencia que bridan tras pisar el pedal a fondo no es tan contundente como cabe esperar a tenor de lo que declaran en el papel, pero este no es el caso del Austral: entrega los 199 CV con brío y desde prácticamente cualquier velocidad.
Se trata, en realidad, de un sistema híbrido muy peculiar desde el punto de vista técnico. Es un híbrido convencional que puede funcionar tanto en serie como en paralelo, pero al contrario de lo que sucede con la mayoría de estos sistemas, aquí son dos los motores eléctricos que toman lugar junto al motor de gasolina, que es un 1,5 litros de tres cilindros turbolimentado que entrega 131 CV.
Los eléctricos tienen potencias de 68 y 34 CV, y mientras el primero es el que se encarga de mover el conjunto en modo eléctrico o apoyar al gasolina cuando se precise, el segundo ejerce tanto de motor de arranque como generador y embrague. Y es que este sistema no tiene una transmisión con embrague y sincronizadores al uso, sino que en su lugar es el segundo motor eléctrico el que s encarga de ello. De hecho, son dos las cajas de cambio que tiene el sistema, una para el motor de gasolina y otra para el eléctrico.
Junto a todo lo anterior, acabando, una batería de 2 kWh de capacidad acaba de redondear el conjunto. Se trata, de hecho, de una de las baterías más grandes del mercado entre los coches de este tipo y uno de las responsables de las bajas cifras de consumo que logra tanto este Autral, como también los Rafale y Espace, que tienen este mismo motor.









