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Súper islas: la solución de Barcelona para que los peatones reconquisten a los coches la ciudad

Súper islas. Así es como el Ayuntamiento de Barcelona quiere que los peatones reconquisten a los coches la ciudad. La movilidad del futuro, nos guste o no, pasa por la reducción en el uso del coche privado, con más prioridad para el transporte público, las bicicletas y las flotas de vehículos compartidos. En el Plan de Movilidad de Barcelona se contempla la creación de «súper islas», una serie de bloques unidos cuyo interior se cierra al tráfico. El primero de estos bloques ya ha iniciado su andadura piloto. Desde Diariomotor os queremos contar en qué consiste esta iniciativa, sus objetivos y su posible viabilidad.

¿Qué son las súper islas?

Barcelona ha declarado la guerra al vehículo privado. Las súper islas pueden ser la batalla definitiva.

La idea no es nueva. De hecho, data del año 1993 y fue formulada por Salvador Rueda. Consiste en crear una súper manzana – una súper isla, según el Ayuntamiento de Barcelona – a partir de nueve manzanas, de idéntico tamaño y disposición regular. El interior de estas nueves manzanas se cierra al tráfico rodado, y en sus intersecciones se instalan espacios comunes para el disfrute de los peatones: parques, terrazas, comercios o incluso gimnasios al aire libre. El tráfico rodea el perímetro de la súper isla, una «isla de tranquilidad» en plena ciudad.

Esta fórmula es posible gracias al ordenamiento urbano de Barcelona. El famoso ensanche barcelonés – también conocido como Eixample en catalán – fue obra de Ildefonso Cerdá, en el siglo XIX. Una gran parte de la ciudad fue ordenada en forma de cuadrícula, con manzanas de idéntico tamaño rodeadas por calles transitables. En su momento, fueron ideadas con la salud pública en mente. La realidad es que el tráfico rodado es muy superior al del siglo XXI, y los niveles de contaminación de las grandes ciudades no han hecho más que crecer.

De 9 manzanas, hacer una gran manzana, una súper isla cerrada al tráfico rodado con prioridad peatonal.

Podría decirse que es un capítulo más en la guerra de Barcelona contra el vehículo privado: además de las futuras restricciones al tráfico a vehículos con más de 20 años de edad, estas súper islas urbanas pretenden reconquistar espacios al vehículo privado. Se quiere que los desplazamientos en coche se reduzcan desde el 26,7% de 2011 a sólo un 21,1% en 2018, a costa de un aumento en el uso de bicicletas y transporte público. Las súper islas urbanas son necesarias para el triunfo del Plan de Movilidad 2013-2018.

¿Son una buena idea estas súper islas? ¿Han empezado a implementarse?

Sobre el papel son una buena idea. Reducen el tráfico, el ruido y la contaminación en su interior, liberando espacio para otras actividades. Hay aspectos negativos: se eliminan cientos y cientos de plazas de aparcamiento, y sólo los residentes con garajes comunitarios podrán acceder a su interior en coche. Por supuesto, los servicios de limpieza y emergencias podrán acceder libremente. La carga y descarga de mercancías para los diversos comercios también se puede ver afectada – si no se estructura correctamente.

La fase de adaptación puede ser problemática: se perderán muchas plazas de aparcamiento, con la incomodidad asociada.

Ya que los autobuses tampoco pueden cruzar las súper islas, a algunos vecinos se les complicará llegar a las paradas, especialmente si son ancianos o tienen problemas de movilidad. La implementación de estas súper islas ya ha comenzado, con un proyecto piloto en el barrio del Poblenou, de cuyo resultado dependerá el futuro de esta medida. En esta súper isla no se ha prohibido el tráfico, pero se han introducido restricciones al tráfico y al aparcamiento, así como otorgado prioridad de paso a peatones y bicicletas.

El Plan de Movilidad de Barcelona pretende crear decenas de súper islas en toda la ciudad, que disminuirían enormemente el peso del vehículo privado – a base de convertir su uso en complicado, molesto y caro. A cambio, se recuperarían 23 hectáreas de terreno para los peatones y ciclistas, sólo con cerrar al tráfico 120 intersecciones actualmente en uso. El objetivo es que las zonas disponibles para los peatones aumenten de las actuales 74,5 hectáreas a unas monstruosas 750 hectáreas.

Nueva York conoce el plan de Barcelona y estudia su implementación en ciertas zonas de Manhattan.

Lo que queda claro es que el uso del vehículo privado disminuirá enormemente en el futuro cercano. Se controlarán más sus emisiones, se limitará su uso y se facilitarán alternativas. No es un gran futuro para los amantes de los coches, pero se trata de ser responsables y eficientes, ¿no? En el siguiente enlace podéis consultar un PDF con todos los detalles de este Plan de Movilidad, así como todos los detalles en lo relativo a las súper islas. ¿Qué te parece esta medida? ¿Crees que tiene futuro? Discutamos en la sección de comentarios.

Portada: Ilak (Flickr)
Más información: Superilla del Poblenou
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