Toyota se encuentra en un estado de gracia en el que, ciertamente, pocas empresas de primer nivel han llegado a encontrarse en algún punto de su historia. Una situación complicada tanto en Europa como en China, así como adelantarse al resto con la tecnología eléctrica de sus coches híbridos, ha hecho que a día de hoy pueda ser, prácticamente, el único fabricante que se pueda permitir el lujo de lanzar un deportivo con motor V8 como es el Toyota GR GT, así como también un coupé de lujo que bien podría parecerse al de las imágenes que acompañan estas líneas, que son una aproximación a lo que puede acabar siendo en un futuro no demasiado lejano.
Es mucho el ruido que han hecho los japoneses últimamente. Desde la presentación del conocido como Toyota Century Coupe Concept a la del GR GT de producción hay tan sólo un plazo de unas pocas semanas, y esto puede haber sido originado porque una parte clave de la personalidad de cada uno ha tenido que esperar hasta este momento para destaparse: el V8 que late bajo el capó de su deportivo.

Recreaciones de Kelsonic.
Y es que, aunque Toyota no detalló qué motor impulsaba al prototipo del Century Coupe, con estas recientes recreaciones queremos señalar que la marca podría reservar una variante más moderada de este V8, con un enfoque claramente orientado al confort y al ceremonioso refinamiento propio del apellido Century, para su futura gama de lujo.
El movimiento, aunque puede que no tenga sentido, al menos en Europa, tal y como están las cosas, tiene más lógica de la que parece, porque los coches eléctricos de lujo no terminan de funcionar en el mercado global, lo que refuerza esta idea. Para un fabricante como Toyota, que ha construido su dominio apoyándose en la tecnología híbrida y en la fiabilidad de sus motores térmicos, mantener una mecánica V8 refinada como estandarte tecnológico resulta muy apropiado. Un bloque así, como el del GR GT, ajustado para ofrecer un empuje lineal y una rumorosidad mínima, sería el complemento ideal para un vehículo que debe reinterpretar la tradición de la berlina de representación japonesa adaptándola al siglo XXI, colocándose varios escalones por encima de Lexus y con el objetivo de disputar terreno a Rolls‑Royce, Bentley, Mercedes‑Maybach o incluso Aston Martin.
Su diseño, marcado por su doble faro delantero, superficies limpias y proporciones de carácter propio, muestra un rumbo estilístico diferente al del sedán y el SUV que hasta ahora había bajo la denominación de Century a la venta. A mayores, otros elementos característicos del modelo conceptual fueron las puertas correderas delanteras y traseras, un sillón tipo con giro eléctrico y una clara orientación hacia el confort de máximo nivel. Un planteamiento que encaja a la perfección con la hipótesis de un V8 heredado del deportivo GR GT, ¿por qué no desarrollar una versión más suave, silenciosa y ceremonial para los futuros Century?
Por todo lo anterior, las recreaciones de Kelsonik sirven para dar forma a la idea del Century Coupe de calle. Su propuesta quita del medio algunas fantasías del prototipo y da lugar a un gran turismo de líneas sobrias, proporciones clásicas y detalles inspirados directamente en la gama Century actual con un resultado que no es sólo una especulación estética, sino que también funciona como una lectura sobre hacia dónde podría moverse la marca una vez se establezca como firma autónoma.
Una mecánica así, para acabar, permitiría a Century competir cara a cara con los grandes del lujo europeo sin caer en la trampa que los eléctricos de gran tamaño y precio son a día de hoy, pues siguen sin convencer a las carteras más pudientes del Viejo Continete, como está demostrando el Rolls-Royce Spectre o el batazaco comercial del Porsche Taycan.






