Llevamos años esperando el todoterreno que, por fin, Toyota ha presentado esta semana. Vimos por primera vez un adelanto del mismo con un modelo conceptual hace cuatro años, a finales de 2021, y desde entonces no hemos parado de elucubrar sobre qué podría acabar siendo ese esperado 4×4.
Y finalmente ha llegado, aunque no a Europa, ya que está destinado a la parte sur del globo. Ha sido bautizado como Toyota Land Cruiser FJ y, basado sobre la plataforma de la imparable e incansable Toyota Hilux, es el todoterreno económico que quiere el público, según Toyota: más compacto, económico y sencillo que el capaz Land Cruiser.
Hasta ahí todo bien, pero a ojos de un servidor el nuevo FJ Cruiser tiene un problema, un único problema, a decir verdad, y no es que no vaya a ser comercializado en Europa, sino que se trata más bien de un problema ligado a su identidad y posicionamiento. Y no, no nos referimos a que, de momento, no se trata de un modelo concebido para comercializarse en Europa, sino a su denominación.
No es que sea un problema como tal, sino que al saber que, oficialmente, iba a denominarse así y una vez constatada toda la información oficial, un servidor ha entrado en pequeño conflicto emocional y no queríamos dejar pasar la oportunidad de exponerla con un artículo como este.
Y es que, lo que acaba de presentar Toyota nada tiene que ver con lo que teníamos en mente a la hora de relacionar las siglas FJ y el nombre de Land Cruiser. Hasta ahora hablar del Toyota Land Cruiser FJ era hablar de lo que muchos conocen como el Hummer japonés.
Lanzado en 2006 al mercado, el FJ Cruiser, que es como se denominaba el original, y no Land Cruiser FJ, como el de ahora, fue un todoterreno sin concesiones. Era grande, potente e incluso visualmente ostentoso. Una de las mayores pruebas sobre la diferencia en cuanto a concepto, era su motor, pero también su tamaño.
| Toyota Land Cruiser FJ | Toyota FJ Cruiser | |
|---|---|---|
| Longitud | 4.575 mm | 4.670 mm |
| Anchura | 1.855 mm | 1.905 mm |
| Altura | 1.960 mm | 1.830 mm |
| Batalla | 2.580 mm | 2.690 mm |
| Peso | — | 2.095 kg |
| Motor | 4 cilindros en línea (2TR-FE), gasolina | 6 cilindros en V (1GR-FE), gasolina |
| Cilindrada | 2.7 litros | 4.0 litros |
| Potencia | 163 CV | 272 CV |
| Par máximo | 246 Nm | 380 Nm |
A mayores, el FJ Cruiser que la marca lanzó en 2006 estaba desarrollado y diseñado sobre el mismo chasis y plataforma de largueros y travesaños que los Land Cruiser de la época, una base relacionada con tecnología y motores a la que se atribuye fiabilidad y solidez: son sus señas de identidad. Por contra, no sucede esto con el nuevo retoño de Toyota, pues su arquitectura es la denominada IMV, que es mucho más comedida en cuanto a potencial técnico. De ahí que comparta un gran parecido estético con la Hilux Champ, que es un coche destinado a mercados emergentes, como la India, y muchos otros de Asia.
Todo esto hace que a un servidor le haya decepcionado, ciertamente, el lanzamiento del Land Cruiser FJ. No quiero que se entienda que es un todoterreno que me disgusta, en absoluto. Me declaro fan absoluto del concepto del Land Cruiser FJ y la idea de un todoterreno de habitáculo estanco (no una pick-up) de corte global más económico que el Land Cruiser 250, que es el que tenemos a la venta en España.
Conviene recordar de dónde vienen esas siglas que tanto peso tienen dentro de la historia de Toyota. La denominación “FJ” no es un simple capricho de marketing, sino una guiño histórico a los 4×4 de Toyota.
Se trata de la nomenclatura interna de motores y chasis que la marca japonesa comenzó a usar en los años 50. La letra “F” hacía referencia al tipo de motor, concretamente al bloque F, un robusto seis cilindros en línea derivado del usado en los camiones Toyota de la posguerra, pensado para resistir castigos sin fin más que para alcanzar grandes velocidades. La “J”, por su parte, identificaba la serie Land Cruiser, una familia de vehículos que nació con el BJ a comienzos de esa década. Así, “FJ” significaba literalmente motor F + serie J, una combinación que dio lugar a modelos tan icónicos como el FJ40. De igual manera, el FJ Cruiser de 2006 heredó esas siglas por hacer un guiño histórico.
Parece, acabando, que Toyota ha querido recurrir de nuevo a estas siglas para denominar un modelo que se sale de lo común dentro de su gama todoterreno, tal vez dentro de muchos años volvamos a ver otro 4×4 con este nombre que nada tenga que ver con sus dos predecesores.








