Si el Mercedes Clase G sigue triunfando a estas alturas de su vida comercial, es porque ha mantenido la estética del modelo original a lo largo de las generaciones, introduciendo los cambios mínimos y necesarios para ir poniéndolo al día. De ahí su imagen retro y proporciones cuadradas, aunque su habitáculo sí que ha evolucionado tanto como la propia tecnología lo ha hecho, dando lugar a un coche único en el mercado, con permiso del Jeep Wrangler, que nació también con la premisa de también ser un coche militar.
Bajo esta idea, ¿qué hubiera pasado si Toyota hubiera decidido mantener el Land Cruiser más popular en producción y comercializacióna a nivel global hasta el día de hoy y dotarlo además de un interior a la última? Pues, probablemente, se parecería mucho al Land Cruiser de la australiana PVS Automotive.
Es cierto, debemos puntualizar, que lo que ha hecho PVS es hacer el Land Cruiser FJ70 incluso más apto para la aventura: snorkel para no tener, prácticamente, techo en cuanto a profundidad de vadeo, ruedas con mayor diámetro y por tanto más altura libre al suelo y varios accesorios más, obra del especialista Urnieta, como baca en el techo, escalera para accedera a él, redondean su personalidad ociosa.
Tanto es así que podemos considerarlo un paso previo dentro del mundo de los todoterrenos a una camper, pues su maletero tiene un cajón diseñado a medida del que se extraen dos cajones que sirven como una cocina muy básica, sin ningún tipo de electrodoméstico, tal y como se pueden ver en las fotos del interior. De hecho, la altura ganada en el maletero seguro que genera un piso completamente plano al abatir los asientos que vale como base para colocar una cama. Siendo una creación artesanal y a medida, todo puede hacerse.
No obstante, lo que más nos ha llamado la atención y lo que da pie a la idea del titular, son los cambios en su interior, donde unos asientos Recaro CS y un tapizado a medida en alcántara azul con contrastes en color naranja, nos han hecho pensar qué hubiera sido del Land Cruiser si Toyota lo hubiera mantenido con vida de igual manera que Mercedes a su Clase G, manteniendo su estética original y dotándolo de la última tecnología disponible.
No sabemos si hubiera fracasado o, al igual que el alemán, hubiera cosechado tanto éxito como su precio le permite, realmente, pero no deja de ser una idea curiosa, como poco. Un servidor no tiene del todo claro, eso sí, que apostarlo todo al negro para su carrocería y accesorios sea la mejor manera de combinar un interior tan llamativo.
Volviendo al este Land Cruiser de PVC, mecánicamente no presenta cambios con respecto al Land Cruiser FJ70 que todavía se vende en muchos mercados, ya que sí, aún se vende con esta antiquísima caja, pero como todoterreno enfocado al trabajo en campo puro y duro en mercados específicos. Estamos, por tanto, ante el icónico motor de 2,8 litros de capacidad y cuatro cilindros, que en este caso entrega 204 CV y 500 Nm de par motor.
A pesar de no tener cambios en su motor, el resto de modificaciones hechas sobre la base de este todoterreno son muy numerosas, lo que sumado a la artesanal manera con la que se le ha dado forma, acaba en una abultada factura, ya que PVS pide nada menos que 220.000 dólares australianos por su creación, que equivalena 124.000 euros y, de momento, se reduce a una única unidad. Se trata de un precio que triplica lo que cuesta un Land Cruiser FJ70 en los mercados en los que sigue vivo, pero a buen seguro algún aficionado al modelo que pueda sacarle provecho, está dispuesto a pagarlo.







