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El hundimiento del diésel es oficial: en marzo el diésel no ha llegado a la mitad de las matriculaciones

La caída de los diésel sigue avanzando y, aunque aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo, no hay duda de que la tendencia que venimos observando desde hace meses continúa. Marzo ha supuesto un mínimo histórico para las matriculaciones de los diésel en España, con una cuota para el diésel de solo el 49,9% y una cifra por lo tanto inferior a la que han alcanzado la suma de los motores de gasolina, con un 46,1%, y los híbridos y eléctricos, con un 4%. Aún teniendo en cuenta que el muestreo está limitado a las cifras de un único mes, entre los doce que forman todo un año, y la posibilidad de que se trate una peculiaridad estadística, el dato no hace otra cosa que confirmar la tendencia a la baja de los diésel. La última vez – en un año completo – que el diésel tuvo una cuota por debajo del 50% fue en 1998. Desde entonces, el diésel ha sido el combustible preferido por los españoles, alcanzando una cuota máxima del 71%.

La última vez que, en un año completo, el diésel estuvo por debajo del 50% de cuota fue en 1998

La cuota de los diésel en España sigue cayendo. Si el año pasado, el 2016, la cuota anual del diésel había caído al 56,8%, las matriculaciones en enero y febrero han dejado datos muy alejados de esta cifra, con una cuota del 52,5% para el diésel en enero y del 51,9% en febrero. En el trimestre completo la cuota del diésel se queda en el 51,3%. Desde enero de 2016, los diésel no han llegado a superar en ningún mes la cuota del 60%. Y la caída, desde 2015, año en el que el diésel representó un 62,9% en el mercado español, es ciertamente muy acusada.

¿Se mantendrá la tendencia? ¿A qué se debe?

Cada vez se venden más coches con motores de gasolina en segmentos tradicionalmente diésel, incluidos los SUV

A este ritmo, no habría que sorprenderse si al final de 2017, y en cómputo global de todo el año, la combinación de los motores de gasolina, eléctricos e híbridos, alcanza una cuota superior al diésel.

Los diésel pierden terreno. Pero no solo lo están perdiendo en el territorio que tradicionalmente debería haberle pertenecido a la gasolina, al de los utilitarios, o al de los coches urbanos, que en España y a diferencia de otros países europeos sigue siendo casi testimonial. Cada vez se venden más compactos de gasolina y, en su previsión de ventas, muchos fabricantes nos hablan cada vez más de la expectativa de éxito de sus motores de gasolina, incluso en categorías como los SUV, y el sedán medio. La llegada de motores que, objetivamente, ofrecen consumos en márgenes cada vez más estrechos con alternativas diésel de potencia familiar, hace que el cliente se lo piense cada vez más a la hora de escoger un motor de gasóleo.

Nos gustaría pensar, también, que la evolución a la baja de los diésel se debe a que cada vez más compras de automóviles se llevan a cabo desde la racionalidad, al menos a la hora de escoger el combustible más adecuado para un coche en función del kilometraje que realizará el conductor. Si en España un coche difícilmente recorre más de 10.000 kilómetros al año, de media, es difícil comprender por qué los diésel se han mantenido como la elección preferida de los conductores españoles, hasta ahora, y su adquisición no se ha restringido a aquellos casos en los que en términos económicos es una decisión lógica y razonable.

La caída de los diésel, aún así, se atenúa por la importancia del canal de empresas y de alquiladoras, que han alcanzado un volumen de matriculaciones significativamente mayor al canal de particulares en marzo

El temor a prohibiciones que afecten a todos los diésel, por igual, probablemente esté calando en los conductores. Aunque, a priori, las restricciones firmes que se están confirmando en algunas ciudades españolas, como Madrid, irán destinadas sobre todo a los diésel más antiguos.

También es lógico el temor a que, por estas restricciones, el valor de reventa del diésel pueda sufrir un varapalo, pero es probable que los que más lo sufran, de momento, sean de nuevo los coches más antiguos. Precisamente es el valor de reventa, y el interés que el diésel sigue teniendo para las flotas y alquiladoras, el que aún está tirando del carro del diésel en nuestro país, frente a un mercado de clientes particulares en el que la caída del diésel ha sido más acusada, incluso, a lo que reflejan estas cifras.

Fijaos en que, en época de renovación de flotas, tanto de alquiladoras, como de empresas, en España solo se matricularon 57.078 automóviles destinados a particulares (menos de la mitad) y nada más y nada menos que 35.322 turismos destinados a empresas alquiladoras y 33.200 turismos destinados a flotas de empresas.

Fuente: ANFAC
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