Durante estos últimos años hemos estado viviendo una situación de sequía muy preocupante. No ha llovido mucho y eso se nota, y si no que se lo digan a Cataluña. Es tan preocupante que buscamos cualquier solución que nos permita paliar el problema de la sequía, y así es como hemos llegado a las desaladoras, la única esperanza que nos queda.
¿Qué es una desaladora?
Antes de nada, es importante conocer qué es el proceso de desalación. Este proceso consiste en extraer la sal del agua del mar mediante una desaladora para obtener agua dulce y potable. También se puede hacer con agua salobres, es decir, que no sean dulces pero que tengan menos sal que el agua del mar.
Una desaladora es por tanto, la planta en la que se lleva a cabo el proceso de desalinación. Lo hace extrayendo el agua del mar mediante una bomba hidráulica, este agua se filtra y se somete a un proceso de desalinación, normalmente ósmosis inversa.
¿Cómo funciona el proceso de ósmosis inversa?
Existen varios procesos diferentes para poder llevar a cabo la desalinación. Sin embargo, la ósmosis inversa es el proceso más moderno y el que utilizan gran parte de las desaladoras de todo el mundo hoy en día. Esto se debe a que este proceso consume menos energía que otros.
En este proceso se toma el agua del mar y se hace pasar por una membrana permeable a alta presión. Cuando el agua pasa por esta membrana, las sales concentradas se quedan en la zona previa a la membrana y así se separan del agua que posteriormente se reminaliza y se le añade cloro.
Finalmente obtenemos agua potable. Es por eso que las desaladoras suponen una gran ayuda para estos periodos de sequía que estamos viviendo.
No todo son ventajas
Aunque parece una buena forma de conseguir agua potable, lo cierto es que puede suponer algunos problemas.
Y es que, las desaladoras no son muy económicas. Y es que, aunque es verdad que la ósmosis inversa es uno de los procesos que menos energía consume, sigue consumiendo mucha energía. Además, la inversión económica inicial que supone también es muy grande.
Por otro lado, existe el problema de qué hacer con los residuos generados. Los residuos de las desaladoras se conocen como salmuera, un desecho líquido de agua marina ultraconcentrada. Estos desechos se devuelven al mar pero eso puede ser negativo para los ecosistemas marinos ya que se aumenta la salinidad de ese área.
¿Qué esta pasando en España con las desaladoras?
Como decíamos al principio, España esta sufriendo una sequía muy importante, sobre todo en Cataluña donde ya se ha declarado un estado de emergencia debido a la sequía, de hecho, están poniendo algunas restricciones para poder aprovechar toda el agua que puedan.
Es aquí donde entran en juego las desaladoras. Cataluña espera poder recibir agua de la desaladora de Sagunto, Valencia, a trabñés de buques cisterna diarios, si la situación lo requiere, a partir de junio.
Andalucía por su parte, también ha encontrado una solución a la sequía con la desaladora de Cartagena, que llevará barcos hasta los puertos de Málaga, Algeciras y Carboneras.
Aunque es cierto que de esta forma se asegura el suministro de agua, es más un plan B, ya que no es sostenible en el tiempo llevar todos los días grandes cantidades de agua en barco desde las desaladoras hasta los puertos, pues además el transporte también costaría dinero.